Alemania y diferentes países nórdicos están tomando medidas significativas para preparar a sus ciudadanos ante la amenaza de posibles conflictos armados, derivado principalmente del incremento de tensiones tras la invasión de Rusia a Ucrania.
En Alemania, las autoridades están desarrollando una aplicación destinada a ayudar a los ciudadanos a identificar el búnker más cercano en caso de un ataque. Actualmente, Alemania cuenta con menos de 600 refugios públicos, que pueden albergar a 480,000 personas en un país de 84 millones de habitantes. Además, se ha lanzado un plan nacional de búnkeres bajo la Oficina Federal de Protección de la Población, que contempla la utilización de estaciones de metro y sótanos de edificios públicos como refugios. Asimismo, se ha estipulado que las nuevas construcciones deberán incluir refugios seguros.
En Suecia, se ha distribuido un folleto de 32 páginas titulado "Si llega la crisis o la guerra", el cual proporciona información sobre sistemas de alerta, refugios antiaéreos y consejos de seguridad digital, incluyendo mantener suministros esenciales como agua, mantas, ropa abrigada, alimentos energéticos y un radio a pilas. La reacción del público ha sido mixta: mientras algunos ciudadanos valoran la iniciativa, otros no muestran preocupación.
Finlandia ha visto cómo una guía de preparación para emergencias ha sido descargada por más de 500,000 ciudadanos. El sitio web 72tuntia.fi exhorta a los ciudadanos a evaluar su capacidad para sobrevivir 72 horas en caso de crisis. A pesar de que se consideró aumentar el almacenamiento de alimentos a una semana, se decidió mantener el enfoque en las 72 horas debido a la popularidad de la guía.
En Noruega, la Dirección de Protección Civil ha distribuido un folleto a 2.6 millones de hogares, recomendando a los ciudadanos mantener al menos una semana de alimentos no perecederos y suministros médicos esenciales, como tabletas de yodo para incidentes nucleares. Además, se aconseja disponer de varios medios de pago y efectivo en casa.
El contexto de seguridad en la región del Báltico ha sido impactado significativamente, motivando a Finlandia y Suecia a unirse a la OTAN. Las autoridades instan a los ciudadanos a estar preparados no solo para conflictos armados, sino también para amenazas como el terrorismo y los ciberataques.
La respuesta de los ciudadanos ha sido variada. Algunos, especialmente aquellos con experiencias previas de conflicto, han expresado preocupación por la falta de preparación de otros. Destacan la necesidad de ofrecer información de manera más accesible y personal, más allá de folletos formales.
Estas medidas reflejan un cambio importante en la mentalidad de defensa civil en Europa, evidenciando la seriedad con la que estos países están afrontando la actual inestabilidad regional. La colaboración internacional y las estrategias nacionales de preparación son ahora prioridades.