Israel ha estado incrementando sus preparativos para una posible invasión terrestre en Rafah, una ciudad clave en el sur de la Franja de Gaza. Según informes, cuatro batallones de Hamas se estarían refugiando en esta ciudad, usando a civiles y rehenes como escudos humanos. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha declarado que la ofensiva es crucial para asegurar una "victoria total" sobre Hamas y garantizar la seguridad nacional.
Las autoridades israelíes han movilizado dos brigadas de reservistas y están acumulando recursos logísticos, incluyendo la adquisición de 40,000 tiendas de campaña para evacuar a los civiles. Sin embargo, esta estrategia ha sido objeto de críticas y preocupaciones internacionales, particularmente por los posibles impactos sobre los más de 1.5 millones de palestinos que actualmente se refugian en Rafah.
La situación en Rafah se ha vuelto cada vez más tensa, con continuos bombardeos y la creciente presencia militar en la zona. Organizaciones internacionales y países aliados han expresado su oposición a una operación de gran escala, advirtiendo sobre las consecuencias devastadoras para la población civil.
Los líderes israelíes están en una fase crítica de planificación y han insinuado que la operación podría iniciar pronto, dependiendo de varios factores geopolíticos y las negociaciones en curso con naciones como Estados Unidos y Egipto, que tienen un interés estratégico en la estabilidad de la región.