La carretera en construcción cerca del Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete ha resultado en la tala masiva de árboles y la alteración del ecosistema. Durante el presente año, más de mil hectáreas de bosque han sido deforestadas como consecuencia directa de esta obra vial. El área afectada incluye la reserva indígena Llanos del Yarí – Yaguara II, lo que incrementa la preocupación entre las comunidades indígenas que habitan la región.
Chiribiquete, que abarca 4.3 millones de hectáreas, es conocido por su rica biodiversidad y por ser un refugio de especies en peligro de extinción. Además, el parque alberga numerosos sitios arqueológicos de importancia cultural y espiritual para los pueblos indígenas. Según informes locales, la carretera está facilitando el acceso a áreas previamente inaccesibles, provocando un incremento en la deforestación y el uso de la tierra para actividades ilegales como la minería y la agricultura no sostenible.
Organizaciones no gubernamentales y activistas ambientales han advertido sobre los devastadores efectos que esta carretera podría tener a largo plazo. Los expertos sostienen que la deforestación no solo destruye hábitats naturales sino que también contribuye al cambio climático al liberar grandes cantidades de dióxido de carbono almacenado en los árboles. La pérdida de cobertura forestal afecta además la calidad del agua y amenaza la flora y fauna únicas de la región.
La administración del parque y las comunidades indígenas sostienen que la construcción de la carretera no se consultó adecuadamente, lo que viola el derecho a la consulta previa. Líderes indígenas han expresado sus temores de que la invasión de sus territorios podría llevar a un desplazamiento forzoso, afectando gravemente su modo de vida tradicional.