El estudio liderado por Tony Wyss-Coray de la Universidad de Stanford, publicado en la revista Nature, representa un hito en la comprensión del envejecimiento humano a nivel molecular. Mediante un análisis de sangre, el equipo de Wyss-Coray ha logrado medir el envejecimiento específico de los principales órganos del cuerpo, permitiendo detectar si alguno se está deteriorando a un ritmo mayor de lo normal.
El análisis se basa en la medición de 4,979 proteínas en el plasma sanguíneo de más de 5,000 personas. Los resultados revelaron que aproximadamente el 20% de los mayores de 50 años tenían un órgano envejeciendo a un ritmo acelerado y un 1.7% de las personas analizadas tenía dos o más órganos envejeciendo rápidamente. Este envejecimiento acelerado se asocia con un incremento en el riesgo de muerte de entre el 20% y el 50%.
Para evaluar el envejecimiento de los distintos órganos, se evaluaron los niveles de cerca de 5,000 proteínas en la sangre de casi 1,400 personas, en su mayoría de más de 40 años. Se identificaron todas las proteínas que aparecían con más frecuencia en órganos concretos y se seleccionaron 858 que se podían asociar a cada órgano. Utilizando aprendizaje automático, se entrenó un algoritmo que seleccionaba las proteínas que tenían mayor relación con el envejecimiento de cada órgano.