La figura de Kim Ju-ae, la hija de aproximadamente 10 años del líder norcoreano Kim Jong-un, ha cobrado relevancia en el panorama político internacional. Desde su primera aparición pública en noviembre de 2022, durante una prueba de misiles de largo alcance, Kim Ju-ae ha estado presente en varios eventos estatales significativos, acompañando a su padre. Esta exposición ha llevado a la agencia de inteligencia de Corea del Sur a considerarla como la sucesora más probable de Kim Jong-un.
La presencia de Kim Ju-ae en estos eventos no es trivial. En una sociedad profundamente patriarcal como la de Corea del Norte, donde la imagen y la percepción pública son meticulosamente controladas, su aparición junto a Kim Jong-un en actos militares y paradas importantes es un indicativo claro de su creciente importancia política. Los medios estatales norcoreanos la han descrito como la "hija más querida" o "respetada" del líder, reforzando su estatus dentro del régimen.
La agencia de espionaje de Corea del Sur, basándose en un análisis exhaustivo de sus actividades públicas y los protocolos estatales otorgados a ella, ha sugerido que Kim Ju-ae está siendo preparada para la sucesión. En un país donde la línea de sucesión ha seguido un patrón familiar desde su fundación, la posibilidad de que Kim Ju-ae asuma un papel de liderazgo no es descabellada. Sin embargo, dada su corta edad y la falta de logros políticos, aún es temprano para confirmar su ascenso al poder.
La dinastía Kim ha gobernado Corea del Norte desde su fundación en 1948, pasando de Kim Il-sung a Kim Jong-il, y luego a Kim Jong-un. La aparición de Kim Ju-ae en la escena pública puede interpretarse como un esfuerzo por asegurar la continuidad de esta línea dinástica, en un momento en que la estabilidad del régimen y la salud de Kim Jong-un han sido objeto de especulación.