El Tribunal Superior de Londres ha dado un paso significativo al permitir que Julian Assange, fundador de WikiLeaks, apele su extradición a Estados Unidos. Assange enfrenta 17 cargos de espionaje y uno por uso indebido de computadoras, a raíz de la publicación de documentos militares y diplomáticos confidenciales. Si es condenado, podría recibir una pena de hasta 175 años de prisión. Los documentos revelados por WikiLeaks han sido descritos por el gobierno estadounidense como una amenaza a la seguridad nacional, ya que, según alegan, pusieron en riesgo vidas y operaciones sensibles.
El equipo legal de Assange argumenta que la extradición podría estar motivada por razones políticas y que él no recibiría un juicio justo en Estados Unidos. Adicionalmente, han señalado que las acciones de Assange están protegidas bajo la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que salvaguarda la libertad de expresión.
La resolución del tribunal también permitirá que la defensa de Assange cuestione la imparcialidad de las garantías ofrecidas por los Estados Unidos sobre las condiciones de su encarcelamiento y juicio. Estas garantías incluyen promesas sobre su tratamiento humano y acceso a los procedimientos legales justos. La posibilidad de discriminación basada en su nacionalidad ha sido otro punto clave en la apelación.
La batalla legal de Assange ha capturado la atención global, convirtiéndose en un símbolo para los defensores de la libertad de prensa y los derechos humanos. Sus seguidores han manifestado preocupaciones sobre su salud física y mental debido a las prolongadas e intensas sesiones judiciales.