El 21 de mayo de 2025 a las 21:00, Yaron Lischinsky, de 30 años, y Sarah Lynn Milgrim, de 26 años, ambos empleados de la embajada de Israel en Estados Unidos, fueron asesinados a tiros frente al Museo Judío de la Capital, ubicado en el número 500 de la calle 3, noroeste de Washington D.C. Ambos acababan de salir de un evento convocado por la Comisión Judía Americana dirigido a personal diplomático y profesionales judíos.
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El agresor, Elias Rodríguez, de 30 años y originario de Chicago, fue arrestado en el lugar momentos después del tiroteo. Durante su detención, Rodríguez gritó "Palestina libre". Según las autoridades policiales, habría sido visto rondando la zona minutos antes del ataque y utilizó una pistola para disparar contra ambas víctimas.
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Lischinsky era asistente de investigación en el Departamento Político de la embajada y tenía doble nacionalidad israelí y alemana. Trabajaba en la embajada desde 2022. Milgrim se desempeñaba como organizadora de visitas y misiones a Israel y contaba con dos maestrías, una en Estudios Internacionales y otra en Recursos Naturales y Desarrollo Sostenible. La pareja mantenía una relación sentimental y, según allegados, Lischinsky planeaba proponer matrimonio en Jerusalén la siguiente semana.
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El asesinato es investigado como un posible crimen de odio. El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, y el ministro de Exteriores, Gideon Saar, relacionaron el ataque con un repunte de la incitación antisemita a nivel mundial, destacando un aumento de episodios similares, particularmente en Europa. Líderes europeos y mandatarios de otras regiones han calificado el ataque como un acto de antisemitismo.
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El contexto internacional agrega tensión: a partir de los ataques de Hamás en Israel el 7 de octubre de 2023, más de 53,000 civiles palestinos han muerto, principalmente mujeres y niños, debido a la ofensiva militar israelí en Gaza, generando críticas globales hacia la respuesta de Israel en el conflicto.
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En Estados Unidos, la fiscal general Pam Bondi condenó categóricamente el crimen, asegurando la disposición de la justicia estadounidense para enjuiciar al agresor. El embajador de Israel en Washington, Yechiel Leiter, también manifestó la gravedad del ataque y resaltó el compromiso bilateral en la investigación.
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La policía de Washington y el FBI colaboran en la investigación del caso, incluyendo la revisión de posibles lazos del agresor con delitos de odio o terrorismo. El área del crimen fue acordonada y permanece bajo estrictas medidas de seguridad mientras avanzan las pesquisas.
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Este incidente ha incrementado las preocupaciones por la seguridad de personal diplomático y ha agudizado el debate internacional sobre el antisemitismo en medio de las actuales tensiones en Medio Oriente.