La captura de Aleppo representa el mayor desafío al régimen de Bashar al-Assad en ocho años. Desde el 27 de noviembre de 2024, las fuerzas rebeldes lideradas por Hayat Tahrir al-Sham (HTS) han lanzado una ofensiva relámpago que les ha permitido tomar control de la ciudad y áreas significativas en las provincias de Aleppo e Idlib. Los rebeldes también han tomado el control del aeropuerto de Aleppo y otros sitios estratégicos.
En respuesta a esta avanzada, los aviones de combate sirios y rusos han intensificado los ataques aéreos en las áreas capturadas por los rebeldes. Entre estos bombardeos, se destaca un ataque cerca de un hospital en Aleppo que dejó al menos 12 muertos y otro en Idlib, donde 4 personas murieron y 54 resultaron heridas, según los Cascos Blancos.
Desde el inicio de la ofensiva, se han registrado 372 muertos, incluyendo al menos 20 civiles, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (SOHR). La situación ha generado un masivo desplazamiento de civiles, con imágenes mostrando carreteras congestionadas mientras las personas intentan escapar de Aleppo.
Paralelamente, el ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, visitó Damasco para expresar el apoyo de Teherán al régimen de Assad. Durante su visita, afirmó que la lucha contra la insurgencia es crucial para la estabilidad regional. Assad, por su parte, aseguró en conversaciones con líderes regionales que Siria es capaz de repeler la insurgencia con la ayuda de sus aliados.
La escalada de violencia ha suscitado preocupaciones a nivel internacional. Rusia e Irán han manifestado su inquietud ante el agravamiento del conflicto, y se ha instado al Consejo de Seguridad de la ONU a comprometerse más activamente en buscar una resolución política, ante un conflicto que desde 2011 ha dejado más de 300,000 muertos y millones de refugiados.
Ante la situación, el régimen sirio ha reforzado sus líneas defensivas en la provincia de Hama y ha prometido una contraofensiva para recuperar las áreas perdidas. Las fuerzas rebeldes, por su parte, avanzan hacia el sur desde Aleppo, capturando varias localidades en el campo cercano a Hama.
La guerra civil siria, que comenzó en 2011, ha estado marcada por tácticas brutales por parte del régimen de Assad, incluyendo ataques aéreos y armas químicas. La actual ofensiva rebelde ha reavivado un conflicto que había permanecido relativamente inactivo desde un alto el fuego en 2020.