La historia de Albert, un caimán de 750 libras y 34 años de edad, ha capturado la atención de la comunidad de Hamburg, Nueva York, y más allá. Criado por Tony Cavallaro desde que tenía dos meses, Albert se ha convertido en algo más que un simple reptil; para Cavallaro, es un amigo inseparable y un apoyo emocional. La confiscación de Albert por parte del Departamento de Conservación Ambiental del Estado ha generado un debate sobre los derechos de los animales y la idoneidad de los caimanes como mascotas domésticas.
Cavallaro, de 64 años, relató cómo las autoridades llegaron con una orden y, en un operativo que describió como excesivamente militarizado, sedaron a Albert, le cerraron la boca con cinta y se lo llevaron. Según el Departamento, la licencia de Cavallaro para mantener a Albert había expirado en 2021. A pesar de sus intentos por renovarla y adaptarse a las nuevas regulaciones, enfrentó obstáculos burocráticos que lo dejaron en una situación vulnerable.

La historia de Albert ha resonado en las redes sociales, donde más de 120,000 personas han firmado una petición en línea exigiendo su retorno. La comunidad local y los admiradores de Albert, viendo al caimán como un miembro más de la comunidad, han expresado su apoyo a través de camisetas y botones con el lema "Free Albert". Este caso ha planteado preguntas críticas sobre la tenencia de animales exóticos y el equilibrio entre la seguridad pública y los derechos de los propietarios de mascotas.
La batalla legal de Cavallaro por recuperar a Albert está lejos de terminar. Ha contratado a un abogado y planea llevar su caso ante los tribunales, mientras insiste en que Albert no representa un peligro para la comunidad. Según Cavallaro, la relación que ha desarrollado con Albert a lo largo de los años es un testimonio del vínculo que pueden formar los humanos con las criaturas más inusuales, desafiando las percepciones convencionales sobre la naturaleza de los reptiles.