Durante un evento de recaudación de fondos en San Francisco, el presidente Joe Biden no se contuvo al hablar sobre la situación global actual, refiriéndose específicamente a Vladimir Putin como un "loco hijo de puta" en un momento en que discutía las amenazas existenciales que enfrenta la humanidad, poniendo el cambio climático en la cima de estas preocupaciones. Este comentario se suma a una serie de declaraciones previas de Biden sobre Putin, incluyendo descripciones del líder ruso como un asesino, un matón puro, un criminal de guerra y un carnicero, especialmente después de la invasión de Ucrania por parte de Rusia.
El Kremlin respondió a los comentarios de Biden, acusándolo de rebajarse a sí mismo y de deshonrar a su país. Dmitry Peskov, portavoz del Kremlin, sugirió que tales declaraciones por parte del presidente de Estados Unidos eran una vergüenza y que intentaban proyectar una imagen al estilo de un "cowboy de Hollywood". Esta interacción marca otro punto bajo en las ya tensas relaciones entre Estados Unidos y Rusia, exacerbadas por la continua agresión rusa en Ucrania y la muerte del líder de la oposición rusa, Alexei Navalny, en circunstancias sospechosas.

Además, Biden criticó fuertemente a Donald Trump, su probable oponente republicano en las próximas elecciones, por comparar sus problemas legales en Estados Unidos con la persecución sufrida por Navalny en Rusia. Biden expresó su asombro ante las comparaciones de Trump, destacando la gravedad de la situación de Navalny y la inapropiada equiparación hecha por Trump. Estas declaraciones resaltan la polarización política en Estados Unidos y la manera en que la política exterior y las relaciones internacionales se entrelazan con las disputas domésticas.
La muerte de Navalny ha provocado una ola de condenas internacionales y ha intensificado las críticas hacia Putin y su administración, acusándolos de suprimir la disidencia y de manejar de manera autoritaria el país. Biden, en su discurso, vinculó la agresión de Putin y sus "matones" con la muerte de Navalny, aunque el Kremlin ha negado cualquier implicación. Este evento subraya la complejidad de las relaciones internacionales actuales y el papel de Estados Unidos en el escenario mundial, especialmente en lo que respecta a Rusia y los derechos humanos.