Boeing enfrenta un panorama complejo tras la decisión de aerolíneas chinas de rechazar hasta 50 aeronaves, motivadas por los aranceles del 125% que Estados Unidos ha impuesto a las importaciones, una medida instaurada por la administración del presidente Donald Trump. Esta política comercial ha resultado en la devolución inmediata de dos aviones a territorio estadounidense, mientras que un tercero está en tránsito, elevando el número de aeronaves que la empresa debe reubicar.
La compañía, bajo la dirección ejecutiva de Kelly Ortberg, ha iniciado negociaciones con varias aerolíneas fuera de China para la reventa de estos equipos. Boeing no descarta repintar los aviones y adaptar sus interiores para satisfacer las especificaciones y marcas de nuevos compradores, incrementando así su flexibilidad comercial ante el escenario adverso.
Actualmente, la línea de montaje de Boeing ha producido ya 41 aviones que estaban destinados originalmente a clientes chinos. Otros nueve aparatos forman parte de la agenda de entregas para este mismo año y, de continuar la situación, podrían sumarse a la lista de modelos disponibles para la “recomercialización”.
El impacto de los aranceles no ha reducido la demanda global de aviones, según Ortberg. De hecho, Boeing planea escalar la producción de su modelo 737 Max hasta alcanzar una tasa de 38 unidades mensuales en el corto plazo. En una señal de la fortaleza de su cartera, la empresa cuenta actualmente con 5,600 aeronaves en pedidos, reflejando una proyección de crecimiento sostenida a nivel mundial.
En términos financieros, el reporte del primer trimestre de 2025 muestra que Boeing registró una pérdida de 31 millones de dólares, una mejora considerable respecto a los 355 millones de dólares perdidos en el mismo periodo del año anterior.
Boeing, principal exportador de bienes manufacturados de Estados Unidos, ha instado repetidas veces a la administración Trump a revisar la política arancelaria, argumentando que la eliminación de tarifas resultaría beneficiosa tanto para la empresa como para Airbus, su principal competidor europeo.
Las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China han repercutido de manera directa en el negocio de exportación de aeronaves, situando a Boeing como blanco de las represalias chinas. Pese al desafío, la empresa mantiene oportunidades de recolocación: ya ha empezado a recibir interés por parte de otras aerolíneas internacionales que han iniciado procesos de consulta para la posible adquisición de los aviones devueltos.
Así, Boeing continúa sus operaciones con volúmenes sólidos de producción y pedidos, mientras gestiona el impacto de los aranceles y adapta su estrategia comercial para dar salida a la flota de aviones originalmente asignada al mercado chino.