El buque de carga Rubymar, propiedad del Reino Unido, fue atacado por rebeldes Houthi el 18 de febrero, sufriendo daños significativos que finalmente llevaron a su hundimiento en el Mar Rojo. Este incidente representa el primer caso de un barco completamente destruido como parte de la campaña de los Houthis en respuesta a la guerra de Israel contra Hamas en la Franja de Gaza. El hundimiento del Rubymar afecta el tráfico marítimo crucial para los envíos de carga y energía desde Asia y el Medio Oriente hacia Europa, con muchas embarcaciones desviando su ruta para evitar el área conflictiva.
La nave, bajo bandera de Belice y operada desde Líbano, fue atacada mientras navegaba por el estrecho de Bab el-Mandeb, una vía de agua vital que conecta el Mar Rojo con el Golfo de Adén. Tras el ataque, el Rubymar quedó a la deriva hacia el norte y fue abandonado durante 12 días antes de hundirse en medio de condiciones climáticas tormentosas en el Mar Rojo. Este evento ha elevado las tasas de seguro para los buques que transitan por la zona, potencialmente impulsando la inflación global y afectando los envíos de ayuda a la región.
El gobierno de Yemen, reconocido internacionalmente, junto con un oficial militar regional y el centro de operaciones comerciales marítimas del Reino Unido, confirmaron el hundimiento del Rubymar. La preocupación principal radica en el potencial desastre ambiental que podría causar el hundimiento, dado que el buque transportaba más de 41,000 toneladas de fertilizante, lo que podría desencadenar una catástrofe ecológica en el Mar Rojo.