Colombia

Cafeteros de la Sierra Nevada lideran reforestación para recuperar bosques arrasados por la ‘bonanza marimbera’

En San Pedro de la Sierra, un pueblo de 1.200 habitantes en la vertiente occidental de la Sierra Nevada de Santa Marta, se estableció un vivero con 22 especies de plantas como parte de un ambicioso proyecto de restauración forestal que busca mitigar décadas de deforestación causada por la "bonanza marimbera" y su impacto ambiental.

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Cafeteros de la Sierra Nevada lideran reforestación para recuperar bosques arrasados por la ‘bonanza marimbera’

En San Pedro de la Sierra, un pueblo de 1.200 habitantes en la vertiente occidental de la Sierra Nevada de Santa Marta, se estableció un vivero con 22 especies de plantas como parte de un ambicioso proyecto de restauración forestal que busca mitigar décadas de deforestación causada por la "bonanza marimbera" y su impacto ambiental.

“La deforestación fue masiva durante la época de los cultivos ilícitos, y ahora enfrentamos sus consecuencias”

– Señaló Ángel Rojas, caficultor de la región.

17/3/2025

Desde la década de 1970, San Pedro de la Sierra, en la vertiente occidental de la Sierra Nevada de Santa Marta, fue testigo de una intensa deforestación durante la llamada "bonanza marimbera". Entre 1975 y 1980, alrededor de 150.000 hectáreas de bosque fueron taladas para cultivar marihuana, la cual tenía alta demanda en el narcotráfico. Este proceso transformó drásticamente el entorno natural de la región, comprometiendo las cuencas de agua que abastecen a los pobladores y multiplicando los estragos del cambio climático.

Ángel Rojas, caficultor de 35 años del área, compartió cómo sus abuelos llegaron a la zona en los años 50. Según él, la deforestación masiva coincidió con la proliferación de cultivos ilícitos, y aun después del declive de la marihuana, la ganadería y otros factores intensificaron la degradación ambiental. En respuesta, la comunidad y diversas organizaciones han adoptado medidas urgentes para restaurar los bosques y proteger el acceso a recursos esenciales como el agua.

En un esfuerzo por contrarrestar estos efectos, se estableció un vivero dedicado a la reforestación, ubicado a 1.500 metros sobre el nivel del mar. Este vivero alberga 22 especies de plantas nativas, como laureles, cedros y guayabas, destinadas a la restauración de ecosistemas degradados. Las metas del proyecto son ambiciosas: desde 2021, ya se han restaurado 77 hectáreas de bosque y se han protegido 110 hectáreas adicionales. Sin embargo, se estima que se necesitarán restaurar 12.000 hectáreas en los próximos 20 años para recuperar el equilibrio ambiental.

El proyecto cuenta con apoyo clave, incluyendo el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), que en 2015 alertó sobre la amenaza que enfrentaba la Sierra Nevada al quedar sin suficiente agua para los cultivos agrícolas. También participan productores bananeros de las zonas bajas, quienes han aportado fondos significativos. Hasta ahora, el financiamiento ha alcanzado 1.500 millones de pesos (aproximadamente 370.000 dólares). Aunque limitado, este presupuesto ha permitido generar resultados tangibles y fortalecer la participación de la comunidad local, un factor crucial para el éxito del programa.

A pesar de los avances, los desafíos son evidentes. El financiamiento insuficiente ha ralentizado el ritmo de la restauración, y las tensiones derivadas del conflicto armado representan un riesgo constante. Aunque las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada (ACSN) mantienen presencia activa en la región, no han interferido directamente en el proyecto de reforestación. Por otro lado, los cultivos de coca, predominantes en otras regiones del país, se consideran opcionales en esta zona de la Sierra.

A nivel nacional, Colombia logró en 2023 su menor índice de deforestación en 23 años, con la pérdida de 79.000 hectáreas de bosque. No obstante, informes preliminares de 2024 muestran un aumento del 35%, alcanzando 107.000 hectáreas impactadas tras la ruptura de diálogos de paz con disidencias de las FARC. Este panorama subraya la importancia de iniciativas como la de San Pedro de la Sierra, situada en una región con menor cobertura boscosa en el país, que representa apenas el 2,7% del total nacional con 1,6 millones de hectáreas.

Aunque no se han proporcionado cifras actualizadas específicas sobre la deforestación en la Sierra Nevada, la tendencia reciente muestra un descenso del 16% entre 2022 y 2023. Este retroceso es un avance positivo en medio de las múltiples dificultades que enfrenta la región, destacándose la apropiación comunitaria como uno de los mayores logros del proyecto.

La Sierra Nevada de Santa Marta es la región montañosa costera más alta del mundo, alcanzando 5.775 metros sobre el nivel del mar a pocos kilómetros del Caribe, y alberga ecosistemas únicos que combinan selvas tropicales y glaciares.

Algo Curioso

“La deforestación fue masiva durante la época de los cultivos ilícitos, y ahora enfrentamos sus consecuencias”

– Señaló Ángel Rojas, caficultor de la región.

Mar 17, 2025
Colglobal News

Desde la década de 1970, San Pedro de la Sierra, en la vertiente occidental de la Sierra Nevada de Santa Marta, fue testigo de una intensa deforestación durante la llamada "bonanza marimbera". Entre 1975 y 1980, alrededor de 150.000 hectáreas de bosque fueron taladas para cultivar marihuana, la cual tenía alta demanda en el narcotráfico. Este proceso transformó drásticamente el entorno natural de la región, comprometiendo las cuencas de agua que abastecen a los pobladores y multiplicando los estragos del cambio climático.

Ángel Rojas, caficultor de 35 años del área, compartió cómo sus abuelos llegaron a la zona en los años 50. Según él, la deforestación masiva coincidió con la proliferación de cultivos ilícitos, y aun después del declive de la marihuana, la ganadería y otros factores intensificaron la degradación ambiental. En respuesta, la comunidad y diversas organizaciones han adoptado medidas urgentes para restaurar los bosques y proteger el acceso a recursos esenciales como el agua.

En un esfuerzo por contrarrestar estos efectos, se estableció un vivero dedicado a la reforestación, ubicado a 1.500 metros sobre el nivel del mar. Este vivero alberga 22 especies de plantas nativas, como laureles, cedros y guayabas, destinadas a la restauración de ecosistemas degradados. Las metas del proyecto son ambiciosas: desde 2021, ya se han restaurado 77 hectáreas de bosque y se han protegido 110 hectáreas adicionales. Sin embargo, se estima que se necesitarán restaurar 12.000 hectáreas en los próximos 20 años para recuperar el equilibrio ambiental.

El proyecto cuenta con apoyo clave, incluyendo el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), que en 2015 alertó sobre la amenaza que enfrentaba la Sierra Nevada al quedar sin suficiente agua para los cultivos agrícolas. También participan productores bananeros de las zonas bajas, quienes han aportado fondos significativos. Hasta ahora, el financiamiento ha alcanzado 1.500 millones de pesos (aproximadamente 370.000 dólares). Aunque limitado, este presupuesto ha permitido generar resultados tangibles y fortalecer la participación de la comunidad local, un factor crucial para el éxito del programa.

A pesar de los avances, los desafíos son evidentes. El financiamiento insuficiente ha ralentizado el ritmo de la restauración, y las tensiones derivadas del conflicto armado representan un riesgo constante. Aunque las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada (ACSN) mantienen presencia activa en la región, no han interferido directamente en el proyecto de reforestación. Por otro lado, los cultivos de coca, predominantes en otras regiones del país, se consideran opcionales en esta zona de la Sierra.

A nivel nacional, Colombia logró en 2023 su menor índice de deforestación en 23 años, con la pérdida de 79.000 hectáreas de bosque. No obstante, informes preliminares de 2024 muestran un aumento del 35%, alcanzando 107.000 hectáreas impactadas tras la ruptura de diálogos de paz con disidencias de las FARC. Este panorama subraya la importancia de iniciativas como la de San Pedro de la Sierra, situada en una región con menor cobertura boscosa en el país, que representa apenas el 2,7% del total nacional con 1,6 millones de hectáreas.

Aunque no se han proporcionado cifras actualizadas específicas sobre la deforestación en la Sierra Nevada, la tendencia reciente muestra un descenso del 16% entre 2022 y 2023. Este retroceso es un avance positivo en medio de las múltiples dificultades que enfrenta la región, destacándose la apropiación comunitaria como uno de los mayores logros del proyecto.

La Sierra Nevada de Santa Marta es la región montañosa costera más alta del mundo, alcanzando 5.775 metros sobre el nivel del mar a pocos kilómetros del Caribe, y alberga ecosistemas únicos que combinan selvas tropicales y glaciares.

Desde la década de 1970, San Pedro de la Sierra, en la vertiente occidental de la Sierra Nevada de Santa Marta, fue testigo de una intensa deforestación durante la llamada "bonanza marimbera". Entre 1975 y 1980, alrededor de 150.000 hectáreas de bosque fueron taladas para cultivar marihuana, la cual tenía alta demanda en el narcotráfico. Este proceso transformó drásticamente el entorno natural de la región, comprometiendo las cuencas de agua que abastecen a los pobladores y multiplicando los estragos del cambio climático.

Ángel Rojas, caficultor de 35 años del área, compartió cómo sus abuelos llegaron a la zona en los años 50. Según él, la deforestación masiva coincidió con la proliferación de cultivos ilícitos, y aun después del declive de la marihuana, la ganadería y otros factores intensificaron la degradación ambiental. En respuesta, la comunidad y diversas organizaciones han adoptado medidas urgentes para restaurar los bosques y proteger el acceso a recursos esenciales como el agua.

En un esfuerzo por contrarrestar estos efectos, se estableció un vivero dedicado a la reforestación, ubicado a 1.500 metros sobre el nivel del mar. Este vivero alberga 22 especies de plantas nativas, como laureles, cedros y guayabas, destinadas a la restauración de ecosistemas degradados. Las metas del proyecto son ambiciosas: desde 2021, ya se han restaurado 77 hectáreas de bosque y se han protegido 110 hectáreas adicionales. Sin embargo, se estima que se necesitarán restaurar 12.000 hectáreas en los próximos 20 años para recuperar el equilibrio ambiental.

El proyecto cuenta con apoyo clave, incluyendo el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), que en 2015 alertó sobre la amenaza que enfrentaba la Sierra Nevada al quedar sin suficiente agua para los cultivos agrícolas. También participan productores bananeros de las zonas bajas, quienes han aportado fondos significativos. Hasta ahora, el financiamiento ha alcanzado 1.500 millones de pesos (aproximadamente 370.000 dólares). Aunque limitado, este presupuesto ha permitido generar resultados tangibles y fortalecer la participación de la comunidad local, un factor crucial para el éxito del programa.

A pesar de los avances, los desafíos son evidentes. El financiamiento insuficiente ha ralentizado el ritmo de la restauración, y las tensiones derivadas del conflicto armado representan un riesgo constante. Aunque las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada (ACSN) mantienen presencia activa en la región, no han interferido directamente en el proyecto de reforestación. Por otro lado, los cultivos de coca, predominantes en otras regiones del país, se consideran opcionales en esta zona de la Sierra.

A nivel nacional, Colombia logró en 2023 su menor índice de deforestación en 23 años, con la pérdida de 79.000 hectáreas de bosque. No obstante, informes preliminares de 2024 muestran un aumento del 35%, alcanzando 107.000 hectáreas impactadas tras la ruptura de diálogos de paz con disidencias de las FARC. Este panorama subraya la importancia de iniciativas como la de San Pedro de la Sierra, situada en una región con menor cobertura boscosa en el país, que representa apenas el 2,7% del total nacional con 1,6 millones de hectáreas.

Aunque no se han proporcionado cifras actualizadas específicas sobre la deforestación en la Sierra Nevada, la tendencia reciente muestra un descenso del 16% entre 2022 y 2023. Este retroceso es un avance positivo en medio de las múltiples dificultades que enfrenta la región, destacándose la apropiación comunitaria como uno de los mayores logros del proyecto.

La Sierra Nevada de Santa Marta es la región montañosa costera más alta del mundo, alcanzando 5.775 metros sobre el nivel del mar a pocos kilómetros del Caribe, y alberga ecosistemas únicos que combinan selvas tropicales y glaciares.

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