Canadá ha decidido fortalecer su presencia en el Ártico, ante lo que percibe como amenazas crecientes de Rusia y China. Esta medida forma parte de una nueva doctrina presentada el 6 de diciembre de 2024, y busca asegurar la región frente a actividades militares extranjeras y otros desafíos geopolíticos.
El despliegue militar incluye la introducción de nuevos barcos de patrulla, destructores de la marina, rompehielos y submarinos capaces de operar bajo capas de hielo. Además, se aumentará la cantidad de aviones y drones en la región. Esta acción se coordina con Estados Unidos para modernizar las defensas continentales, mediante la implementación de nuevos sensores marítimos y satélites para la vigilancia de los enfoques del norte.
Históricamente, Canadá ha tratado de administrar el Ártico de manera cooperativa y mantenerlo libre de competencia militar. Sin embargo, la ministra de Relaciones Exteriores, Mélanie Joly, ha señalado que los mecanismos para prevenir conflictos están bajo considerable presión. "El Ártico ya no es una región de baja tensión", advirtió Joly.
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La estrategia también implica una colaboración más estrecha con naciones nórdicas aliadas, destacando a Finlandia y Suecia, ambos miembros recientes de la OTAN.
Rusia ha incrementado su actividad en los bordes del espacio aéreo de América del Norte, realizando pruebas de armas y desplegando sistemas de misiles que pueden alcanzar América del Norte y Europa. Al mismo tiempo, Canadá acusó a China de desplegar regularmente en el norte embarcaciones con capacidades de investigación militar de doble uso, destinadas a recopilar datos sensibles.
Como respuesta, Canadá planea aplicar un enfoque de seguridad nacional a la investigación extranjera en el Ártico y explorar formas de profundizar la cooperación con Japón y Corea del Sur en la región.
En términos diplomáticos, se creará un nuevo puesto de embajador ártico y se abrirán consulados en Alaska y Groenlandia. También buscará resolver una disputa de límites con Estados Unidos en el mar de Beaufort y finalizar un acuerdo con Dinamarca sobre la isla Hans. Previamente, en 2022, Canadá y Dinamarca ya habían acordado establecer una frontera terrestre entre ambos países en la isla ártica deshabitada.
Este reforzamiento llega en un momento en que el Ártico se está calentando cuatro veces más rápido que el promedio global, lo que facilita la navegación y la exploración de recursos como petróleo, gas y minerales. Sin embargo, también agrava los desafíos de seguridad en la región.
El ministro de Defensa, Bill Blair, resaltó la importancia de fortalecer las capacidades militares para operar en el Ártico, una región caracterizada por condiciones extremas, tormentas impredecibles, largos períodos de oscuridad y hielo marino derivante.