La reciente investigación publicada en la revista Nature y liderada por William F. Laurance de la Universidad James Cook, junto a un equipo internacional, ha puesto de relieve la extensa red de carreteras no registradas que atraviesan los bosques tropicales de Borneo, Sumatra y Nueva Guinea. Este estudio utilizó imágenes satelitales y un esfuerzo colaborativo de 210 voluntarios para mapear manualmente 1.37 millones de kilómetros de carreteras, revelando una cantidad entre 3 y 6.6 veces superior a la registrada en las bases de datos internacionales GRIP y OpenStreetMap.
La presencia de estas carreteras no documentadas, que a menudo son construidas de manera informal o ilegal, ha demostrado estar estrechamente ligada a la deforestación acelerada en estas regiones. Las áreas protegidas, que deberían servir de barrera contra la pérdida de bosques, resultan ineficaces una vez que las carreteras penetran estos territorios, facilitando el acceso a recursos naturales y aumentando la vulnerabilidad de estos ecosistemas críticos.
Los investigadores enfatizan la necesidad urgente de políticas más efectivas que restrinjan la expansión de estas carreteras y proponen mejorar las bases de datos de caminos a nivel global para reflejar más fielmente la realidad, lo que podría mejorar significativamente la planificación espacial y la aplicación de la ley en áreas críticas para la conservación.
A pesar de los esfuerzos por utilizar inteligencia artificial para el mapeo de carreteras, los investigadores hallaron que los métodos manuales siguen siendo superiores. Sin embargo, destacan la necesidad de sistemas automatizados que puedan mantenerse al día con el rápido crecimiento de las carreteras no documentadas, que se estiman en un aumento de 25 millones de kilómetros para mediados de este siglo.