Suecia ha emitido 486 licencias para cazar osos en su temporada anual, apuntando a aproximadamente el 20% de la población de osos pardos, estimada en 2,450 ejemplares. Esta cifra es notablemente inferior al pico de 3,300 osos registrado en 2008. En los primeros días de la caza, más de 150 osos han sido abatidos, lo que ha generado una ola de controversia.
El objetivo de esta caza es reducir la población de osos a cerca de 1,400, el número mínimo requerido para un estado de conservación favorable. El año anterior, la caza resultó en 722 osos abatidos. Proyecciones actuales indican que, de continuar con este ritmo, la población podría reducirse a 2,000 osos después de esta temporada.

La caza no se limita únicamente a los osos. En los últimos años, Suecia ha extendido sus campañas de caza a otros grandes carnívoros, incluyendo lobos y linces, como parte de un enfoque más amplio en la gestión de estos depredadores. Sin embargo, los conservacionistas advierten que esta práctica podría desembocar en un colapso de las poblaciones de depredadores en Europa. Argumentan que el ecoturismo sería una alternativa más lucrativa que la venta de licencias de caza.
En noviembre de 2022, se otorgó mayor autonomía a las asociaciones de caza locales para gestionar las poblaciones de grandes depredadores, lo que ha intensificado las acciones de caza. Esta medida ha sido interpretada por algunos como un reflejo de un giro político hacia la derecha en Suecia, que favorece la caza.
La caza de osos ha sido calificada por conservacionistas como "trophy hunting". La oposición a esta práctica ha llevado a la policía a acompañar a los cazadores para prevenir posibles protestas. Además, se estima que más de 60,000 renos son asesinados cada año por depredadores en Suecia, con los osos siendo responsables aproximadamente de la mitad de estos ataques, lo que agrava la situación de muchas comunidades locales.
Este enfoque hacia la gestión de la fauna ha suscitado serias preocupaciones sobre la sostenibilidad de las poblaciones de osos pardos y otros grandes carnívoros, tanto en Suecia como en el resto de Europa. El ecoturismo es una alternativa a la caza que podría generar más ingresos sostenible y éticamente, según argumentan los conservacionistas.