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El reciente ganador del Powerball, Cheng “Charlie” Saephan, ha conmovido a la comunidad no solo por su monumental victoria, sino por su resiliente batalla contra el cáncer. Residente de Portland, Oregon, Saephan ha sido un paciente de cáncer durante los últimos ocho años, enfrentando tratamientos continuos y la incertidumbre de su propia mortalidad mientras mantiene la esperanza y la fortaleza para seguir adelante. Esta victoria llega en un momento crítico de su vida, justo después de su último tratamiento de quimioterapia.
El sorteo, que terminó con una sequía de ganadores de más de tres meses, se realizó a principios de abril, donde Saephan, junto con su esposa Duanpen y una amiga, Laiza Chao, decidieron comprar un lote de boletos. Saephan, quien trabajó como maquinista para una empresa aeroespacial, ha vivido en Portland durante 30 años y es padre de dos hijos. Durante las semanas previas al sorteo, colocó los números del juego debajo de su almohada, rezando por un milagro que aliviara sus dificultades financieras y de salud.
Saephan y su grupo decidieron dividir el premio de manera equitativa con su amiga Laiza Chao, quien contribuyó con $100 para la compra del boleto ganador. Este acto de generosidad y compañerismo destaca la estrecha relación entre los participantes y su compromiso compartido. El billete ganador fue comprado en una tienda Plaid Pantry en Portland, un detalle que pone en relieve la aleatoriedad y la fortuna de su victoria. La tienda que vendió el boleto ganador también recibió un bono de $100,000, un pequeño pero significativo reconocimiento dentro de la comunidad local.
La elección del grupo de recibir un pago único en lugar de una anualidad distribuida a lo largo de 30 años fue una decisión estratégica que refleja tanto sus necesidades inmediatas como su deseo de manejar directamente su nueva fortuna. Con esta opción, el premio total antes de impuestos se valoró en $621 millones, de los cuales eligieron recibir $422 millones después de los impuestos federales y estatales. Esta suma monumental ofrece un cambio radical en la vida de Saephan y su familia, proporcionando no solo seguridad financiera sino también recursos adicionales para enfrentar su enfermedad de manera más efectiva.
El impacto de este premio se extiende más allá de la vida personal de Saephan y su familia. Como miembro de la comunidad Iu Mien, un grupo étnico del sudeste asiático con una historia de desplazamiento y reasentamiento, la victoria de Saephan ha resonado profundamente dentro de su comunidad en Portland, que alberga a miles de Iu Mien. La visibilidad de su éxito brinda esperanza y un sentido de posibilidad a muchos que comparten orígenes similares y que también se enfrentan a desafíos diarios significativos.
El dinero ganado en la lotería no solo aliviará las preocupaciones financieras de Saephan relacionadas con su tratamiento contra el cáncer, sino que también permitirá una inversión en la salud y bienestar de su familia a largo plazo. La suma permitirá a Saephan buscar opciones de tratamiento más avanzadas y potencialmente extender su vida, una oportunidad que antes de ganar el premio era mucho más limitada. Además, se espera que parte del dinero se invierta en educación y el futuro de sus dos hijos jóvenes, asegurando que el beneficio del premio se extienda a la próxima generación.
El reciente ganador del Powerball, Cheng “Charlie” Saephan, ha conmovido a la comunidad no solo por su monumental victoria, sino por su resiliente batalla contra el cáncer. Residente de Portland, Oregon, Saephan ha sido un paciente de cáncer durante los últimos ocho años, enfrentando tratamientos continuos y la incertidumbre de su propia mortalidad mientras mantiene la esperanza y la fortaleza para seguir adelante. Esta victoria llega en un momento crítico de su vida, justo después de su último tratamiento de quimioterapia.
El sorteo, que terminó con una sequía de ganadores de más de tres meses, se realizó a principios de abril, donde Saephan, junto con su esposa Duanpen y una amiga, Laiza Chao, decidieron comprar un lote de boletos. Saephan, quien trabajó como maquinista para una empresa aeroespacial, ha vivido en Portland durante 30 años y es padre de dos hijos. Durante las semanas previas al sorteo, colocó los números del juego debajo de su almohada, rezando por un milagro que aliviara sus dificultades financieras y de salud.
Saephan y su grupo decidieron dividir el premio de manera equitativa con su amiga Laiza Chao, quien contribuyó con $100 para la compra del boleto ganador. Este acto de generosidad y compañerismo destaca la estrecha relación entre los participantes y su compromiso compartido. El billete ganador fue comprado en una tienda Plaid Pantry en Portland, un detalle que pone en relieve la aleatoriedad y la fortuna de su victoria. La tienda que vendió el boleto ganador también recibió un bono de $100,000, un pequeño pero significativo reconocimiento dentro de la comunidad local.
La elección del grupo de recibir un pago único en lugar de una anualidad distribuida a lo largo de 30 años fue una decisión estratégica que refleja tanto sus necesidades inmediatas como su deseo de manejar directamente su nueva fortuna. Con esta opción, el premio total antes de impuestos se valoró en $621 millones, de los cuales eligieron recibir $422 millones después de los impuestos federales y estatales. Esta suma monumental ofrece un cambio radical en la vida de Saephan y su familia, proporcionando no solo seguridad financiera sino también recursos adicionales para enfrentar su enfermedad de manera más efectiva.
El impacto de este premio se extiende más allá de la vida personal de Saephan y su familia. Como miembro de la comunidad Iu Mien, un grupo étnico del sudeste asiático con una historia de desplazamiento y reasentamiento, la victoria de Saephan ha resonado profundamente dentro de su comunidad en Portland, que alberga a miles de Iu Mien. La visibilidad de su éxito brinda esperanza y un sentido de posibilidad a muchos que comparten orígenes similares y que también se enfrentan a desafíos diarios significativos.
El dinero ganado en la lotería no solo aliviará las preocupaciones financieras de Saephan relacionadas con su tratamiento contra el cáncer, sino que también permitirá una inversión en la salud y bienestar de su familia a largo plazo. La suma permitirá a Saephan buscar opciones de tratamiento más avanzadas y potencialmente extender su vida, una oportunidad que antes de ganar el premio era mucho más limitada. Además, se espera que parte del dinero se invierta en educación y el futuro de sus dos hijos jóvenes, asegurando que el beneficio del premio se extienda a la próxima generación.
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