El 21 de abril de 2025, un avión Boeing 737 MAX que sería entregado a la aerolínea china Xiamen Airlines regresó a Estados Unidos tras el endurecimiento de la guerra comercial entre EE.UU. y China. La aeronave, evaluada en cerca de 55 millones de dólares, aterrizó en Boeing Field, Seattle, a las 6:11 PM, después de realizar paradas técnicas para reabastecimiento en Guam y Hawái durante un trayecto de 8,000 kilómetros.
Las nuevas tarifas impuestas por la administración presidencial de Donald Trump elevaron el arancel básico de las importaciones chinas hasta un 145%. China respondió con la aplicación de un gravamen del 125% a los bienes estadounidenses. Esta situación hizo imposible la viabilidad financiera de entregar aviones Boeing a clientes chinos, lo que motivó la devolución de la aeronave.
Para finales de marzo de 2025, Boeing tenía programada la entrega de 130 aviones a empresas chinas, incluidos operadores comerciales y firmas de leasing. Sin embargo, la incertidumbre generada por los aranceles dejó en pausa muchas de estas entregas. Diversos ejecutivos de aerolíneas manifestaron su intención de postergar la recepción de aeronaves hasta que la situación arancelaria se clarifique, evitando así los costos adicionales derivados de los nuevos impuestos.
El impacto económico se hizo evidente en la cotización bursátil de la empresa: las acciones de Boeing experimentaron una caída cercana al 3% el 21 de abril, reflejando la volatilidad en los mercados estadounidenses. Analistas del sector alertaron que la suspensión de entregas a China podría afectar el flujo de caja de la compañía durante 2025, aunque algunas entregas podrían concretarse posteriormente si la situación cambia.
Paralelamente, el CEO de Boeing, Kelly Ortberg, presentará los resultados financieros del primer trimestre con un pronóstico de ingresos 20% superiores, llegando a 19,800 millones de dólares, pero acompañados de una pérdida prevista de 466 millones de dólares para dicho periodo.
Esta coyuntura evidencia la exposición de Boeing, principal exportador manufacturero de Estados Unidos, ante los efectos de la escalada arancelaria. La industria aeroespacial estadounidense enfrenta así un escenario de incertidumbre operativa y financiera debido a las políticas comerciales actuales, afectando tanto su posicionamiento global como la relación con el estratégico mercado chino.