China ha anunciado recientemente un ambicioso programa de subsidios destinado a incentivar a los propietarios de vehículos a cambiar sus coches antiguos por modelos más nuevos y ecológicos. La iniciativa, que ofrece hasta 10,000 yuanes (US$ 1,380) por coche, tiene como objetivo estimular la demanda en un sector crucial de la economía que ha experimentado una desaceleración significativa. Según el Ministerio de Comercio, los conductores que cambien vehículos eléctricos o híbridos registrados antes de 2018, o coches con motores de gasolina que no cumplan con los estándares de emisiones de 2007, recibirán la cantidad máxima del subsidio al adquirir un vehículo nuevo que cumpla con los requisitos.
El programa, que estará vigente hasta finales de 2024, es parte de los esfuerzos más amplios de Beijing para impulsar el consumo y acelerar el crecimiento económico, afectado por una crisis inmobiliaria y un sentimiento consumidor débil. Además de los automóviles, el programa busca actualizar equipos en industrias pesadas y electrodomésticos. Los gobiernos provinciales y municipales serán responsables de la organización y el desembolso de los subsidios, aunque se ha advertido a las autoridades que no establezcan “listas blancas” que den preferencia a factores como la ubicación y las especificaciones técnicas.
El gobierno central aportará el 60% de los subsidios para el cambio de automóviles, mientras que los gobiernos locales contribuirán con el restante 40%, aunque estas proporciones pueden variar según la región. Esta medida no solo busca revitalizar la venta de automóviles, sino que también es parte de una estrategia más grande para fomentar un enfoque sostenible hacia el consumo y la producción. Según ejecutivos de vehículos eléctricos presentes en una importante feria automovilística en Beijing, esta política ha generado un optimismo considerable respecto al crecimiento futuro del sector, a pesar de una intensa guerra de precios y crecientes presiones occidentales sobre la industria.
La Unión Europea ha iniciado una investigación el año pasado sobre las subvenciones estatales chinas a los vehículos eléctricos, alegando que estas han proporcionado a las empresas del país una ventaja “injusta” en el mercado local. Además, Bruselas, junto con aliados en Washington, ha expresado preocupaciones sobre la “sobre capacidad” industrial china creada por subvenciones estatales excesivas, lo que podría resultar en mercados globales inundados de EVs chinos a precios bajos. William Li, CEO de Nio, comentó sobre esta situación, destacando la importancia de evitar la introducción de aranceles, ya que no serían beneficiosos para los consumidores.