Salud

Ciclo Menstrual y Cerebro: Revelan Cambios Estructurales Clave

Recientes estudios revelan que el ciclo menstrual no solo afecta la anatomía reproductiva de la mujer, sino que también induce transformaciones significativas en el cerebro, alterando el volumen o grosor de ciertas regiones en sincronía con los niveles hormonales.

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Ciclo Menstrual y Cerebro: Revelan Cambios Estructurales Clave

Recientes estudios revelan que el ciclo menstrual no solo afecta la anatomía reproductiva de la mujer, sino que también induce transformaciones significativas en el cerebro, alterando el volumen o grosor de ciertas regiones en sincronía con los niveles hormonales.

“Es como si el cerebro estuviera en una montaña rusa cada 28 días, dependiendo de la duración del ciclo”

-Erika Comasco, profesora asociada de salud de mujeres y niños en la Universidad de Uppsala.

24/2/2024

La investigación sobre el impacto del ciclo menstrual en el cerebro ha dado un paso significativo con la publicación de dos estudios en octubre, los cuales realizaron escaneos cerebrales detallados de mujeres en múltiples puntos a lo largo de su ciclo menstrual. Estos estudios descubrieron que el volumen o grosor de ciertas regiones cerebrales cambia en sincronía con los niveles hormonales. Las áreas del cerebro destacadas por ambos estudios pertenecen al sistema límbico, un conjunto de estructuras cerebrales que regulan las emociones, la memoria y el comportamiento.

Los ciclos menstruales, marcados por el flujo y reflujo de hormonas preparatorias para el embarazo, no solo transforman los órganos reproductivos sino que, según la investigación reciente, también remodelan el cerebro. Este fenómeno sugiere una interconexión profunda entre la fisiología reproductiva y la estructura cerebral, subrayando la complejidad de los sistemas hormonales y su impacto más allá de la reproducción.

Los estudios utilizan técnicas avanzadas de resonancia magnética (MRI) para mapear los cambios estructurales en todo el cerebro durante tres fases del ciclo menstrual: ovulación, menstruación y fase lútea media. Estas fases se caracterizan por variaciones significativas en los niveles de estrógeno y progesterona, hormonas que juegan roles cruciales en la regulación del ciclo menstrual. Los resultados, que aún no han sido revisados por pares, fueron publicados en la base de datos de preimpresión bioRxiv, ofreciendo una visión sin precedentes de cómo la morfología cerebral se ajusta en respuesta a las fluctuaciones hormonales.

Algo Curioso
Los estudios sobre el efecto de las hormonas en el cerebro de las ratas hembras en la década de 1990 revelaron que la densidad de las espinas dendríticas en el hipocampo fluctúa con el ciclo menstrual, aumentando hasta un 30% con el pico de estrógeno. Este fenómeno sugiere que cambios similares podrían estar ocurriendo en el cerebro humano, lo que abre nuevas vías de investigación sobre la neuroplasticidad y la salud mental femenina.

Impacto Hormonal: Más Allá de la Reproducción

Los investigadores se centraron en el análisis de la materia blanca y la corteza cerebral, descubriendo que las concentraciones más altas de estrógeno y la hormona luteinizante estaban asociadas con cambios que sugieren una transferencia de información más rápida. Este hallazgo se basa en la observación de la materia blanca del cerebro, tejido cerebral profundo compuesto por fibras nerviosas que transmiten información a y desde las regiones de la materia gris, la cual, a su vez, se engrosaba con el aumento de la hormona estimulante del folículo.

La hormona estimulante del folículo, que asciende antes de la ovulación y ayuda a estimular los folículos ováricos para desarrollar un óvulo maduro, se asoció positivamente con el grosor cortical en general en todo el cerebro. Por otro lado, la progesterona, que aumenta después de la ovulación, se asoció generalmente con un menor grosor cortical en la mayoría de las regiones. Este patrón de cambios estructurales subraya la influencia dinámica de las hormonas sobre la arquitectura cerebral, sugiriendo un mecanismo por el cual las fluctuaciones hormonales pueden afectar la función cerebral y, potencialmente, el comportamiento y la cognición.

Avances en la Comprensión de la Neuroplasticidad Femenina

El otro estudio, publicado en Nature Mental Health, se enfocó en el hipocampo y las áreas circundantes del lóbulo temporal medial, estructuras conocidas por su papel en una amplia gama de funciones cognitivas y emocionales. Al correlacionar los cambios cerebrales con las concentraciones de estrógeno y progesterona, los investigadores encontraron que los aumentos en el estrógeno estaban vinculados a la expansión de la corteza parahipocampal, una región cortical de materia gris implicada en la codificación y recuperación de la memoria. Los niveles elevados de progesterona se asociaron con un mayor volumen en la corteza perirrinal, área que recibe información sensorial y también es crucial para la memoria. Además, una combinación de alto estrógeno y bajo progesterona se relacionó con un aumento en una región específica del hipocampo, esencial para la memoria autobiográfica.

La metodología empleada en estos estudios representa un avance significativo en la neurociencia, utilizando resonancia magnética de alta resolución para capturar los cambios estructurales del cerebro en detalle. En el estudio publicado por Nature Mental Health, se escanearon 27 participantes saludables durante seis fases del ciclo menstrual: menstrual, preovulatoria, ovulación, postovulatoria, lútea media y premenstrual. Los investigadores realizaron extracciones de sangre en cada uno de estos seis puntos para correlacionar los cambios cerebrales con las concentraciones de estrógeno y progesterona, revelando una relación directa entre las fluctuaciones hormonales y la morfología cerebral.

El aumento del estrógeno se vinculó con la expansión de la corteza parahipocampal, mientras que el incremento de progesterona se relacionó con un mayor volumen en la corteza perirrinal. Además, se observó que una combinación de alto nivel de estrógeno y bajo nivel de progesterona estaba asociada con un aumento en una región específica del hipocampo. Estos hallazgos subrayan la sensibilidad del cerebro femenino a las variaciones hormonales, sugiriendo un mecanismo subyacente por el cual el ciclo menstrual podría influir en la cognición y la emoción.

“Es como si el cerebro estuviera en una montaña rusa cada 28 días, dependiendo de la duración del ciclo”

-Erika Comasco, profesora asociada de salud de mujeres y niños en la Universidad de Uppsala.

Feb 24, 2024
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La investigación sobre el impacto del ciclo menstrual en el cerebro ha dado un paso significativo con la publicación de dos estudios en octubre, los cuales realizaron escaneos cerebrales detallados de mujeres en múltiples puntos a lo largo de su ciclo menstrual. Estos estudios descubrieron que el volumen o grosor de ciertas regiones cerebrales cambia en sincronía con los niveles hormonales. Las áreas del cerebro destacadas por ambos estudios pertenecen al sistema límbico, un conjunto de estructuras cerebrales que regulan las emociones, la memoria y el comportamiento.

Los ciclos menstruales, marcados por el flujo y reflujo de hormonas preparatorias para el embarazo, no solo transforman los órganos reproductivos sino que, según la investigación reciente, también remodelan el cerebro. Este fenómeno sugiere una interconexión profunda entre la fisiología reproductiva y la estructura cerebral, subrayando la complejidad de los sistemas hormonales y su impacto más allá de la reproducción.

Los estudios utilizan técnicas avanzadas de resonancia magnética (MRI) para mapear los cambios estructurales en todo el cerebro durante tres fases del ciclo menstrual: ovulación, menstruación y fase lútea media. Estas fases se caracterizan por variaciones significativas en los niveles de estrógeno y progesterona, hormonas que juegan roles cruciales en la regulación del ciclo menstrual. Los resultados, que aún no han sido revisados por pares, fueron publicados en la base de datos de preimpresión bioRxiv, ofreciendo una visión sin precedentes de cómo la morfología cerebral se ajusta en respuesta a las fluctuaciones hormonales.

La investigación sobre el impacto del ciclo menstrual en el cerebro ha dado un paso significativo con la publicación de dos estudios en octubre, los cuales realizaron escaneos cerebrales detallados de mujeres en múltiples puntos a lo largo de su ciclo menstrual. Estos estudios descubrieron que el volumen o grosor de ciertas regiones cerebrales cambia en sincronía con los niveles hormonales. Las áreas del cerebro destacadas por ambos estudios pertenecen al sistema límbico, un conjunto de estructuras cerebrales que regulan las emociones, la memoria y el comportamiento.

Los ciclos menstruales, marcados por el flujo y reflujo de hormonas preparatorias para el embarazo, no solo transforman los órganos reproductivos sino que, según la investigación reciente, también remodelan el cerebro. Este fenómeno sugiere una interconexión profunda entre la fisiología reproductiva y la estructura cerebral, subrayando la complejidad de los sistemas hormonales y su impacto más allá de la reproducción.

Los estudios utilizan técnicas avanzadas de resonancia magnética (MRI) para mapear los cambios estructurales en todo el cerebro durante tres fases del ciclo menstrual: ovulación, menstruación y fase lútea media. Estas fases se caracterizan por variaciones significativas en los niveles de estrógeno y progesterona, hormonas que juegan roles cruciales en la regulación del ciclo menstrual. Los resultados, que aún no han sido revisados por pares, fueron publicados en la base de datos de preimpresión bioRxiv, ofreciendo una visión sin precedentes de cómo la morfología cerebral se ajusta en respuesta a las fluctuaciones hormonales.

Algo Curioso
Los estudios sobre el efecto de las hormonas en el cerebro de las ratas hembras en la década de 1990 revelaron que la densidad de las espinas dendríticas en el hipocampo fluctúa con el ciclo menstrual, aumentando hasta un 30% con el pico de estrógeno. Este fenómeno sugiere que cambios similares podrían estar ocurriendo en el cerebro humano, lo que abre nuevas vías de investigación sobre la neuroplasticidad y la salud mental femenina.

Impacto Hormonal: Más Allá de la Reproducción

Los investigadores se centraron en el análisis de la materia blanca y la corteza cerebral, descubriendo que las concentraciones más altas de estrógeno y la hormona luteinizante estaban asociadas con cambios que sugieren una transferencia de información más rápida. Este hallazgo se basa en la observación de la materia blanca del cerebro, tejido cerebral profundo compuesto por fibras nerviosas que transmiten información a y desde las regiones de la materia gris, la cual, a su vez, se engrosaba con el aumento de la hormona estimulante del folículo.

La hormona estimulante del folículo, que asciende antes de la ovulación y ayuda a estimular los folículos ováricos para desarrollar un óvulo maduro, se asoció positivamente con el grosor cortical en general en todo el cerebro. Por otro lado, la progesterona, que aumenta después de la ovulación, se asoció generalmente con un menor grosor cortical en la mayoría de las regiones. Este patrón de cambios estructurales subraya la influencia dinámica de las hormonas sobre la arquitectura cerebral, sugiriendo un mecanismo por el cual las fluctuaciones hormonales pueden afectar la función cerebral y, potencialmente, el comportamiento y la cognición.

Avances en la Comprensión de la Neuroplasticidad Femenina

El otro estudio, publicado en Nature Mental Health, se enfocó en el hipocampo y las áreas circundantes del lóbulo temporal medial, estructuras conocidas por su papel en una amplia gama de funciones cognitivas y emocionales. Al correlacionar los cambios cerebrales con las concentraciones de estrógeno y progesterona, los investigadores encontraron que los aumentos en el estrógeno estaban vinculados a la expansión de la corteza parahipocampal, una región cortical de materia gris implicada en la codificación y recuperación de la memoria. Los niveles elevados de progesterona se asociaron con un mayor volumen en la corteza perirrinal, área que recibe información sensorial y también es crucial para la memoria. Además, una combinación de alto estrógeno y bajo progesterona se relacionó con un aumento en una región específica del hipocampo, esencial para la memoria autobiográfica.

La metodología empleada en estos estudios representa un avance significativo en la neurociencia, utilizando resonancia magnética de alta resolución para capturar los cambios estructurales del cerebro en detalle. En el estudio publicado por Nature Mental Health, se escanearon 27 participantes saludables durante seis fases del ciclo menstrual: menstrual, preovulatoria, ovulación, postovulatoria, lútea media y premenstrual. Los investigadores realizaron extracciones de sangre en cada uno de estos seis puntos para correlacionar los cambios cerebrales con las concentraciones de estrógeno y progesterona, revelando una relación directa entre las fluctuaciones hormonales y la morfología cerebral.

El aumento del estrógeno se vinculó con la expansión de la corteza parahipocampal, mientras que el incremento de progesterona se relacionó con un mayor volumen en la corteza perirrinal. Además, se observó que una combinación de alto nivel de estrógeno y bajo nivel de progesterona estaba asociada con un aumento en una región específica del hipocampo. Estos hallazgos subrayan la sensibilidad del cerebro femenino a las variaciones hormonales, sugiriendo un mecanismo subyacente por el cual el ciclo menstrual podría influir en la cognición y la emoción.

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