La preocupación por esta enfermedad neurológica se anunció inicialmente cuando los funcionarios de salud de New Brunswick alertaron sobre un síndrome desconocido que impactaba a más de 40 residentes. Con el tiempo, la cifra de afectados aumentó a más de 200 personas, que comenzaron a experimentar síntomas severos como pérdida de memoria y temblores musculares. Sin embargo, un comité independiente sugirió posteriormente que estos síntomas podrían atribuirse a enfermedades ya conocidas, tales como el cáncer y la demencia, alegando posibles errores de diagnóstico. Pese a estas afirmaciones, el Dr. Michael Coulthart sospecha que pudiera haber un factor ambiental no identificado provocando estas crisis neurológicas.
Las inquietudes del Dr. Coulthart tomaron mayor relevancia cuando se filtraron correos electrónicos que mostraban preocupaciones persistentes entre los científicos de la agencia de salud pública de Canadá. Estos correos apuntaban a una posible omisión deliberada de información y una falta de transparencia en la gestión del problema. Además, Coulthart ha recibido el respaldo de grupos de defensa de pacientes, quienes enviaron sus comunicaciones al comité parlamentario de salud en marzo. Entre los pacientes afectados destaca Gabrielle Cormier, joven que sufre parálisis física y pérdida de memoria, evidenciando la tragedia personal que esta enfermedad representa.
Este caso ha desatado un debate sobre si las autoridades de salud de New Brunswick han obstaculizado las investigaciones intencionalmente.