Un equipo de científicos del Instituto de Virología de Wuhan, en China, ha identificado un nuevo linaje de coronavirus en murciélagos, denominado HKU5-CoV-2, que es capaz de infectar células humanas. El hallazgo fue publicado el 24 de febrero de 2025 en la revista científica Cell. Este nuevo virus se ha clasificado dentro de la misma familia que los coronavirus que causan enfermedades graves como el SARS-CoV-2, responsable de la COVID-19, y el MERS-CoV, causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio.
El HKU5-CoV-2 puede ingresar a las células humanas utilizando el receptor ACE2, un mecanismo ya conocido en el SARS-CoV-2. Sin embargo, los estudios de laboratorio concluyen que su capacidad para infectar células humanas es menos eficiente en comparación con el virus que originó la pandemia de COVID-19. Los investigadores también observaron que los medicamentos antivirales efectivos contra el SARS-CoV-2 podrían tener potencial para tratar infecciones por este nuevo coronavirus, aunque estos datos requieren más evaluación para confirmarse.
El descubrimiento se realizó a partir de muestras recolectadas mediante hisopos anales de murciélagos del género *Pipistrellus*. Posteriormente, los experimentos confirmaron que el virus podía infectar células humanas en laboratorio. A pesar de esta capacidad, no se han registrado casos de infección en humanos, y hasta ahora, no existe evidencia que indique que HKU5-CoV-2 represente un riesgo inmediato para la salud pública. La CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU.) ha asegurado que continuará monitoreando la situación ante cualquier cambio que pudiera surgir.
La comunidad científica resalta la importancia del descubrimiento dado el potencial de los murciélagos como reservorios de distintas cepas de coronavirus. El Dr. Alex Greninger, profesor de medicina de laboratorio y patología, destacó que probablemente hay muchos otros coronavirus en la naturaleza con la capacidad de infectar a humanos bajo ciertas condiciones. Por su parte, la Dra. Amira Roess enfatizó en que la vigilancia constante es esencial para prevenir emergencias sanitarias globales similares a las de la COVID-19.
El estudio también sirvió como un recordatorio de la necesidad de manejar con precaución la interacción con la vida silvestre y sus hábitats, ya que los murciélagos son portadores de múltiples agentes patógenos que podrían originar brotes infecciosos. Además, subraya la urgencia de la colaboración internacional para el estudio de virus zoonóticos, especialmente aquellos con potencial de transmisión interhumana.
Actualmente, no se han identificado condiciones naturales que favorezcan una potencial transmisión del HKU5-CoV-2 a seres humanos. Sin embargo, la vigilancia epidemiológica continuará siendo una prioridad para controlar su evolución. Este hallazgo resalta la importancia de realizar investigaciones para comprender y mitigar de forma proactiva los riesgos asociados a patógenos emergentes de origen animal. El receptor ACE2, utilizado por HKU5-CoV-2 y SARS-CoV-2 para infectar células humanas, también está presente en numerosos tejidos dentro del cuerpo, lo que explica por qué las infecciones por COVID-19 pueden afectar múltiples órganos, desde los pulmones hasta los riñones y el corazón.