Claudia Sheinbaum, una destacada científica ambiental de 62 años, hizo historia el 1 de octubre al jurar como la primera presidenta de México. Sheinbaum, quien anteriormente fue jefa de gobierno de la Ciudad de México, ganó la elección presidencial de junio de 2024 con cerca del 60% de los votos, superando significativamente a su competidora más cercana, Xóchitl Gálvez.
La elección de Sheinbaum es histórica no solo por ser la primera mujer en asumir la presidencia, sino también por ser la primera persona de ascendencia judía en liderar un país con mayoría católica. Su carrera política está estrechamente ligada al ex presidente Andrés Manuel López Obrador, bajo cuyo mandato se desempeñó como ministra del Medio Ambiente.
"La cuestión es si es éticamente correcto dejar que nazcan cerdos con riñones humanizados maduros. Todo dependerá del grado de contribución (de células humanas) en otros tejidos del cerdo", expresó el médico español Miguel Ángel Esteban, participante en la investigación.
El panorama al asumir la presidencia no es sencillo. México atraviesa una crisis de violencia exacerbada por los carteles de droga, con situaciones críticas como la reciente escalada de violencia en Culiacán tras la captura de importantes líderes del narcotráfico. La economía enfrenta desafíos significativos, con un déficit presupuestario considerable agravado por los ambiciosos programas sociales e infraestructura de López Obrador, incluyendo el controversial proyecto de la Refinería Dos Bocas.
Además, la administración Sheinbaum debe lidiar con las secuelas dejadas por el Huracán John, que cobró al menos 17 vidas y causó significativos daños en Acapulco, aumentando la carga sobre los recursos y la infraestructura del país.
En el ámbito legislativo, Sheinbaum cuenta con un respaldo considerable: su coalición mantiene una supermayoría en la Cámara de Diputados y casi dos tercios del Senado, lo que le otorga un poder legislativo significativo. Sin embargo, deberá abordar cuestiones complejas como las reformas judiciales impulsadas por López Obrador, que incluyen una enmienda constitucional para la elección de jueces, medida criticada por poner en riesgo la independencia judicial.
Las políticas de Sheinbaum se centrarán en la continuidad y expansión de los programas sociales para la reducción de la pobreza, así como en una marcada apuesta por las energías renovables y el transporte público eléctrico, en contraste con la administración anterior, que priorizó los combustibles fósiles.
En materia de seguridad, Sheinbaum ha propuesto aumentar la presencia de la Guardia Nacional y desarrollar programas de educación y empleo juvenil para atacar las causas profundas del crimen y la violencia.
Claudia Sheinbaum se enfrenta a un periodo gubernamental lleno de retos y expectativas altas. Su capacidad para desmarcarse y a la vez gestionar el legado de López Obrador será clave para su presidencia y para el futuro de México.