En un contexto en el que se espera que 2024 se convierta en el año más cálido jamás registrado, con más del 90% de probabilidad de superar las temperaturas de 2023, las próximas elecciones presidenciales de EE. UU. presentan un panorama polarizado en temas climáticos. El año 2023, ya reconocido como el más caliente en 125,000 años, ha acentuado la urgencia de combatir el cambio climático debido a desastres naturales cada vez más severos.
Las energías renovables están marcando hitos notables en estados como California, donde se han superado las necesidades eléctricas del estado en múltiples ocasiones durante la primavera y el verano de 2024. A nivel nacional, la instalación de paneles solares avanza rápidamente, añadiendo diariamente una capacidad equivalente a la de una planta nuclear.
En contraste, el expresidente Donald Trump mantiene una postura escéptica frente al cambio climático. En una reciente entrevista, Trump desestimó tanto el calentamiento global como las predicciones sobre el aumento del nivel del mar, minimizando la gravedad de la crisis. "El término ha cambiado de 'calentamiento global' a 'cambio climático' debido a variaciones en las temperaturas", señaló Trump.
El Proyecto 2025, impulsado por un grupo conservador y respaldado por Trump, propone una serie de políticas que podrían revertir avances en la lucha contra el cambio climático. Entre las medidas sugeridas, se contempla eliminar el apoyo a la producción de vehículos eléctricos, detener el impulso a las energías renovables y revertir la determinación de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de 2009 que reconoce el daño ambiental del dióxido de carbono. Además, el proyecto propone el cierre de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), encargada de medir el aumento de las temperaturas globales.
En línea con sus políticas, Trump ha solicitado un billón de dólares en contribuciones de campaña a la industria energética, focalizando en grandes donantes del sector del petróleo, gas y carbón.
Un estudio de Carbon Brief sugiere que, en caso de que Trump gane las elecciones, la implementación de sus políticas podría resultar en 4 mil millones de toneladas adicionales de emisiones de Estados Unidos para 2030, equivalentes a las emisiones conjuntas de la Unión Europea y Japón. Este incremento se traduciría en daños climáticos globales valorados en más de 900 mil millones de dólares, según las estimaciones del estudio.
Los científicos subrayan la necesidad urgente de reducir a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 para mantener los aumentos de temperatura dentro de los límites estipulados por el Acuerdo de París. Advierten que la próxima administración tendrá un papel crucial en la política climática global y sus efectos podrían prolongarse durante millones de años.
La lucha entre políticas proactivas en favor de las energías renovables y propuestas regresivas como las del Proyecto 2025 define el marco en el que se desarrollarán las elecciones de 2024, estableciendo un claro contraste de prioridades en un momento crítico para el futuro medioambiental del planeta. California ha conseguido en varias ocasiones que las energías renovables cubran más del 100% de sus necesidades eléctricas durante 2024, superando las expectativas de producción energética sostenible.