La confirmación de un caso de polio en Gaza, el primero en 25 años, ha desencadenado una serie de acciones y tensiones en una región ya de por sí afectada por diversos conflictos. El caso, registrado en un bebé de 10 meses no vacunado, fue identificado después de que el virus fuera detectado en muestras de aguas residuales en junio.
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Frente a esta emergencia sanitaria, la ONU ha lanzado una campaña de vacunación urgente con el objetivo de inmunizar a más de 640,000 niños menores de 10 años en Gaza. La efectividad de esta campaña depende de vacunar al 90% de los niños en la primera de dos rondas, en un plazo crítico de cinco a siete días para evitar que el virus se propague o mute.
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Paralelamente, las órdenes de evacuación emitidas por el ejército israelí en agosto han batido récords, alcanzando 16, lo que ha obligado a desplazarse al 12% de la población de Gaza en un corto periodo. Este desplazamiento masivo agrava las ya precarias condiciones de vida en una zona con densidades de población que alcanzan 30,000 a 34,000 personas por kilómetro cuadrado en ciertas áreas, exacerbando la escasez de recursos esenciales como agua y servicios de salud.
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A pesar de estas dificultades, el ejército israelí ha facilitado la entrega de más de 25,000 viales de vacuna y equipos de refrigeración a través del cruce de Kerem Shalom. Sin embargo, no se ha llegado a un acuerdo para pausar los bombardeos, una medida que podría facilitar significativamente la campaña de vacunación.
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La labor humanitaria se ve gravemente afectada. La ONU ha tenido que pausar sus operaciones de ayuda debido a las evacuaciones, lo que añade complejidad a una situación ya de por sí difícil. "La capacidad de realizar trabajos humanitarios se está reduciendo constantemente," declaró Juliette Touma, directora de comunicaciones de UNRWA, destacando la urgencia y la gravedad de la situación.
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Las órdenes de evacuación han concentrado un gran número de desplazados en una reducida área de 41 km² en la costa de Gaza, específicamente en al-Mawasi, cerca de Khan Younis. La población, que lleva enfrentando bombardeos desde octubre del año pasado, ahora se enfrenta a una grave escasez de alimentos, suministros médicos y agua potable, con hasta el 90% de la población desplazada internamente.
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La situación es crítica y requiere una respuesta urgente para evitar una crisis de salud pública mayor. El brote de polio en Gaza marca la reaparición de una enfermedad que no se había registrado en la región en 25 años, lo que recalca la importancia de las campañas de vacunación continuas y efectivas.