Líbano enfrenta una crisis humanitaria de proporciones históricas debido a los continuos ataques aéreos israelíes que han obligado a más de un millón de personas a abandonar sus hogares, según informó el Primer Ministro libanés, Najib Mikati. Este desplazamiento masivo es el más grande registrado en la historia del país.
Los bombardeos, que comenzaron a intensificarse el 23 de septiembre, han impactado áreas residenciales, incluido un ataque significativo en el centro de Beirut. La situación se ha deteriorado rápidamente, aumentando la intensidad y frecuencia de los ataques aéreos.
En términos de salud, las repercusiones han sido devastadoras. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha confirmado la muerte de 11 trabajadores de la salud y 10 más heridos entre el 17 y el 28 de septiembre. Esta violencia también ha forzado el cierre de 37 centros de salud y la evacuación de tres hospitales, dificultando el acceso a servicios médicos en medio de la crisis.
Desde el inicio de los bombardeos, al menos 816 personas han fallecido y más de 2,500 han resultado heridas. Entre las víctimas se encuentra Hassan Nasrallah, el líder de Hezbollah, quien fue asesinado en un ataque en Beirut.
La crisis ha obligado a aproximadamente 100,000 libaneses a cruzar la frontera hacia Siria en busca de refugio, de acuerdo con datos de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR). Las autoridades sirias están proporcionando asistencia en cuatro puntos de cruce habilitados específicamente para estos desplazados.
Las condiciones de vida para los desplazados dentro de Líbano son extremadamente precarias. Muchas familias se ven obligadas a vivir en la calle o en refugios improvisados, generando una presión creciente sobre los servicios de salud y los pocos refugios disponibles. Testimonios recogen relatos de personas que han tenido que abandonar sus hogares en situaciones extremas, con poco tiempo para llevarse pertenencias esenciales.
La raíz del conflicto se remonta a un ataque sin precedentes de Hamas a Israel el 7 de octubre de 2023, que desencadenó una intensificación de los ataques de Hezbollah contra posiciones israelíes. Desde entonces, se han registrado cientos de muertes y un número considerable de desplazados en ambos lados de la frontera.
Ante esta situación, el Primer Ministro Mikati ha enfatizado la urgente necesidad de esfuerzos diplomáticos para detener la agresión israelí y ha reafirmado el compromiso de Líbano con la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, que busca un cese de hostilidades entre Israel y Hezbollah. Esta situación ha generado el mayor desplazamiento en la historia de Líbano, superando incluso los niveles de los conflictos pasados en la región.