David Rush, nativo de Boise, Idaho, de 39 años, ha pasado a la historia al convertirse en el nuevo poseedor del récord de la mayor cantidad de récords mundiales Guinness. Con un total de 181 logros, ha superado al italiano Silvio Sabba, quien ostentaba 180 récords simultáneos. El logro decisivo de Rush fue confirmado en enero de 2024, cuando rompió 55 discos de vinilo en 30 segundos.
Rush comenzó su carrera de récords en 2015, logrando su primer hito al hacer malabares con los ojos vendados durante seis minutos y medio. Desde entonces, ha añadido una impresionante variedad de hazañas a su historial, incluyendo captar 59 malvaviscos en la boca en menos de un minuto y equilibrar 101 rollos de papel higiénico en su cabeza.
Inspirado por la sana competencia con sus dos hermanos mayores en deportes como el fútbol y la natación, Rush canalizó este espíritu competitivo hacia su pasión por establecer récords. Su meta principal al perseguir estos logros es promover la educación en las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM).

Los numerosos récords de Rush han sido verificados con precisión por representantes de Guinness o mediante métodos alternativos como el uso de cronómetros y testigos voluntarios, además de pruebas en video y fotografías. Pese a la constante presión que implica mantener su título, Rush demuestra una firme determinación y continúa desafiándose a sí mismo para mantenerse como el mayor poseedor de récords Guinness.
Rush ha compartido gran parte de su travesía a través de su canal de YouTube, que cuenta con una comunidad de 50,000 suscriptores, donde muestra cada uno de sus intentos y logros. "Cada récord es una demostración tangible de que con dedicación y pasión, se pueden alcanzar metas significativas", expresó Rush, subrayando su creencia en el poder de la perseverancia.
Desde equilibrar un impresionante número de rollos de papel higiénico hasta romper discos de vinilo a velocidades asombrosas, Rush sigue avanzando en su periplo de récords mundiales, siempre con la mira puesta en inspirar a otros a perseguir sus sueños y metas, sin importar cuán inalcanzables puedan parecer.