En una demostración inusual de civilidad en medio de la polarización política actual, JD Vance y Tim Walz abordaron temas cruciales durante el debate vicepresidencial del 1 de octubre de 2024. A lo largo del evento, ambos candidatos evitaron ataques personales y dirigieron sus críticas hacia sus compañeros de boleta, el expresidente Donald Trump y la vicepresidenta Kamala Harris.
Uno de los temas más controvertidos fue el de las elecciones presidenciales de 2020. Tim Walz preguntó a Vance si Trump había perdido esas elecciones, pero Vance evitó responder directamente, lo que llevó a Walz a calificarlo como una "no-respuesta condenatoria". Vance ha declarado anteriormente que no habría certificado los resultados y no se comprometió a aceptar una posible derrota de Trump en las próximas elecciones de noviembre.
El debate sobre el aborto también fue intenso. Walz criticó la postura de Vance, señalando el impacto negativo de la anulación de Roe v. Wade e ilustró su punto con el caso de una mujer que murió debido a complicaciones por restricciones al aborto. Vance, a pesar de su oposición al aborto, reconoció la tragedia de la historia y admitió que la mujer debería estar viva.
La inmigración fue otro punto de discordia. Vance afirmó que había una crisis con inmigrantes haitianos en Springfield, Ohio, lo que Walz refutó enérgicamente, calificando las afirmaciones de infundadas y dañinas para las comunidades inmigrantes.
En cuanto a la violencia armada, Walz destacó que no se puede culpar únicamente a la salud mental por la alta tasa de violencia armada en el país y sugirió buscar soluciones que protejan la Segunda Enmienda y a los niños. "A veces, simplemente son las armas. Es solo las armas", mencionó Walz.
Las encuestas reflejan una clara división entre los votantes. Una encuesta de CNN realizada inmediatamente después del debate indicó que el 51% de los votantes registrados creían que Vance ganó, mientras que el 49% apoyaba a Walz. Por otro lado, una encuesta de Politico/Focaldata reveló una división del 50-50, pero con Walz aventajando entre los votantes independientes con un 58%.
El debate se desarrolló con un enfoque en temas de política y un tono civil, subrayando las visiones contrastantes de los candidatos sobre asuntos cruciales. La división reflejada en las encuestas resalta la polarización del electorado de cara a las elecciones. Aunque la atmósfera del debate fue sorprendentemente civil, la polarización política en el país se evidenció en los resultados divididos de las encuestas.