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Disputa Subacuática: El Galeón San José y Su Tesoro de $20.000 Millones

La batalla legal por el tesoro del galeón español San José, valorado en 20.000 millones de dólares y hundido hace más de tres siglos en aguas colombianas, enfrenta a Colombia, una empresa estadounidense y España.

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Disputa Subacuática: El Galeón San José y Su Tesoro de $20.000 Millones

La batalla legal por el tesoro del galeón español San José, valorado en 20.000 millones de dólares y hundido hace más de tres siglos en aguas colombianas, enfrenta a Colombia, una empresa estadounidense y España.

"El galeón San José es un barco de Estado, y no barcos privados, por lo que hay una titularidad del Estado donde esté abanderado el pabellón del navío"

- José Manuel García-Margallo, Ex ministro de Relaciones Exteriores de España.

8/11/2023

El galeón San José, una reliquia del patrimonio subacuático mundial, se ha convertido en el centro de una intensa disputa internacional tras su descubrimiento en aguas colombianas. Construido en 1698 en Aginaga, Guipúzcoa, el San José zarpó de España en 1706 y encontró su destino final dos años después, llevando consigo un tesoro que hoy alcanza un valor estimado de 20.000 millones de dólares. Este hallazgo ha despertado un conflicto de intereses entre Colombia, una empresa estadounidense y España, cada uno con argumentos históricos y legales para reclamar la propiedad del tesoro.

El presidente colombiano, Gustavo Petro, ha declarado la recuperación del tesoro como un asunto de "urgencia", buscando asegurar el patrimonio antes de finalizar su mandato en 2026. Esta iniciativa ha incluido la propuesta de una asociación público-privada, dirigida por el ministro de Cultura del país, Juan David Correa. Sin embargo, la empresa estadounidense Glocca Morra, que afirma haber localizado primero el galeón, reclama la mitad del valor del tesoro, basándose en un acuerdo previo con el gobierno colombiano.

La disputa se complica aún más con la intervención de España, que sostiene que el San José es un barco de Estado y, por tanto, su contenido pertenece al país bajo el principio de inmunidad soberana. Esta posición se ha mantenido firme a lo largo de los años, reforzada por las convenciones de la Unesco sobre patrimonio subacuático. El abogado español Carlos Pérez Vaquero ha reiterado que mientras un Estado no renuncie expresamente a su patrimonio público subacuático, seguirá siendo su propietario.

Además de los reclamos de Colombia, Estados Unidos y España, la nación indígena Qhara Qhara de Bolivia ha entrado en la disputa, argumentando que los metales preciosos fueron extraídos por su gente bajo coacción española. Este elemento añade una dimensión ética y moral a la ya compleja batalla legal, sugiriendo que la historia y el legado de la colonización aún resuenan en los conflictos contemporáneos sobre el patrimonio cultural.

Algo Curioso
El galeón San José, conocido como el "Santo Grial de los naufragios", ha sido objeto de fascinación y especulación durante siglos.

Una Herencia Sumergida: Entre la Leyenda y la Ley

La historia del galeón San José se lee como una novela de aventuras, con su naufragio en la Batalla de Barú durante la Guerra de Sucesión de España y su carga de 11 millones de monedas de oro. Sin embargo, el descubrimiento de sus restos en 2015 por parte del gobierno colombiano ha transformado esta leyenda en un complejo caso legal internacional. La empresa estadounidense Glocca Morra sostiene que fue la primera en localizar el galeón en 1981, ofreciendo las coordenadas a cambio de la mitad del tesoro, una afirmación que Colombia disputa, alegando un descubrimiento independiente.

El expresidente colombiano Juan Manuel Santos describió el hallazgo como uno de los más significativos en la historia del patrimonio sumergido, lo que subraya la importancia cultural y económica del galeón. Mientras tanto, la empresa Glocca Morra, ahora conocida como Sea Searcha Armada, ha llevado su reclamo a un arbitraje en Londres, exigiendo a Colombia 10 millones de dólares por su papel en la localización del barco.

La disputa se intensifica con la intervención de España, cuyo entonces secretario de Estado de Cultura, José María Lasalle, solicitó información detallada sobre la aplicación de la legislación colombiana en el caso. España ha mantenido una postura clara, basada en el derecho internacional y las convenciones de la Unesco, que defiende que los restos del San José son una "tumba submarina" y, como tal, no pueden ser explotados comercialmente.

La complejidad del caso se ve agravada por las implicaciones éticas y morales que conlleva. La nación indígena Qhara Qhara de Bolivia ha presentado un reclamo basado en la historia colonial, argumentando que los metales preciosos fueron obtenidos a través de la explotación de su gente. Este aspecto de la disputa resalta la necesidad de considerar no solo las leyes y acuerdos internacionales, sino también el legado histórico y las injusticias del pasado al determinar la propiedad del tesoro.

El Legado del San José: Más Allá del Oro y la Plata

El caso del galeón San José no es solo una cuestión de riqueza material; es también un símbolo de la historia marítima y la influencia de las potencias coloniales. El tesoro que llevaba, compuesto por monedas de oro y plata y esmeraldas, representa una era de exploración y conquista que moldeó el mundo moderno. La disputa actual refleja las tensiones entre la preservación del patrimonio cultural y los intereses económicos, así como las complejas relaciones internacionales que aún persisten desde tiempos coloniales.

La urgencia del presidente colombiano Gustavo Petro por recuperar el tesoro puede verse como un esfuerzo por afirmar la soberanía y el derecho de Colombia sobre su patrimonio cultural. Sin embargo, la participación de una empresa privada estadounidense y las reclamaciones de España y la nación indígena Qhara Qhara de Bolivia complican la narrativa, planteando preguntas sobre quién tiene el derecho legítimo a un tesoro que es, en muchos sentidos, parte del patrimonio mundial.

El debate sobre el San José también plantea preguntas sobre la ética de la recuperación de tesoros. ¿Es apropiado perturbar un sitio que es, efectivamente, una tumba marina? ¿Cómo se equilibran los derechos de recuperación y conservación con el respeto por los restos humanos y la historia que encierran? Estas son preguntas que los tribunales, los gobiernos y los arqueólogos deben considerar cuidadosamente.

Finalmente, el caso del San José es un recordatorio de que los tesoros hundidos son más que simples objetos de valor; son cápsulas del tiempo que ofrecen una ventana al pasado. La forma en que se maneje este caso podría sentar un precedente para futuros descubrimientos y para la gestión del patrimonio cultural subacuático a nivel mundial. La decisión final, sea cual sea, tendrá implicaciones duraderas para la historia, la arqueología y las relaciones internacionales.

Fuentes

The Economic Times | Business Insider | El Economista | ABC | Bloomberg

"El galeón San José es un barco de Estado, y no barcos privados, por lo que hay una titularidad del Estado donde esté abanderado el pabellón del navío"

- José Manuel García-Margallo, Ex ministro de Relaciones Exteriores de España.

Nov 8, 2023
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El galeón San José, una reliquia del patrimonio subacuático mundial, se ha convertido en el centro de una intensa disputa internacional tras su descubrimiento en aguas colombianas. Construido en 1698 en Aginaga, Guipúzcoa, el San José zarpó de España en 1706 y encontró su destino final dos años después, llevando consigo un tesoro que hoy alcanza un valor estimado de 20.000 millones de dólares. Este hallazgo ha despertado un conflicto de intereses entre Colombia, una empresa estadounidense y España, cada uno con argumentos históricos y legales para reclamar la propiedad del tesoro.

El presidente colombiano, Gustavo Petro, ha declarado la recuperación del tesoro como un asunto de "urgencia", buscando asegurar el patrimonio antes de finalizar su mandato en 2026. Esta iniciativa ha incluido la propuesta de una asociación público-privada, dirigida por el ministro de Cultura del país, Juan David Correa. Sin embargo, la empresa estadounidense Glocca Morra, que afirma haber localizado primero el galeón, reclama la mitad del valor del tesoro, basándose en un acuerdo previo con el gobierno colombiano.

La disputa se complica aún más con la intervención de España, que sostiene que el San José es un barco de Estado y, por tanto, su contenido pertenece al país bajo el principio de inmunidad soberana. Esta posición se ha mantenido firme a lo largo de los años, reforzada por las convenciones de la Unesco sobre patrimonio subacuático. El abogado español Carlos Pérez Vaquero ha reiterado que mientras un Estado no renuncie expresamente a su patrimonio público subacuático, seguirá siendo su propietario.

Además de los reclamos de Colombia, Estados Unidos y España, la nación indígena Qhara Qhara de Bolivia ha entrado en la disputa, argumentando que los metales preciosos fueron extraídos por su gente bajo coacción española. Este elemento añade una dimensión ética y moral a la ya compleja batalla legal, sugiriendo que la historia y el legado de la colonización aún resuenan en los conflictos contemporáneos sobre el patrimonio cultural.

El galeón San José, una reliquia del patrimonio subacuático mundial, se ha convertido en el centro de una intensa disputa internacional tras su descubrimiento en aguas colombianas. Construido en 1698 en Aginaga, Guipúzcoa, el San José zarpó de España en 1706 y encontró su destino final dos años después, llevando consigo un tesoro que hoy alcanza un valor estimado de 20.000 millones de dólares. Este hallazgo ha despertado un conflicto de intereses entre Colombia, una empresa estadounidense y España, cada uno con argumentos históricos y legales para reclamar la propiedad del tesoro.

El presidente colombiano, Gustavo Petro, ha declarado la recuperación del tesoro como un asunto de "urgencia", buscando asegurar el patrimonio antes de finalizar su mandato en 2026. Esta iniciativa ha incluido la propuesta de una asociación público-privada, dirigida por el ministro de Cultura del país, Juan David Correa. Sin embargo, la empresa estadounidense Glocca Morra, que afirma haber localizado primero el galeón, reclama la mitad del valor del tesoro, basándose en un acuerdo previo con el gobierno colombiano.

La disputa se complica aún más con la intervención de España, que sostiene que el San José es un barco de Estado y, por tanto, su contenido pertenece al país bajo el principio de inmunidad soberana. Esta posición se ha mantenido firme a lo largo de los años, reforzada por las convenciones de la Unesco sobre patrimonio subacuático. El abogado español Carlos Pérez Vaquero ha reiterado que mientras un Estado no renuncie expresamente a su patrimonio público subacuático, seguirá siendo su propietario.

Además de los reclamos de Colombia, Estados Unidos y España, la nación indígena Qhara Qhara de Bolivia ha entrado en la disputa, argumentando que los metales preciosos fueron extraídos por su gente bajo coacción española. Este elemento añade una dimensión ética y moral a la ya compleja batalla legal, sugiriendo que la historia y el legado de la colonización aún resuenan en los conflictos contemporáneos sobre el patrimonio cultural.

Algo Curioso
El galeón San José, conocido como el "Santo Grial de los naufragios", ha sido objeto de fascinación y especulación durante siglos.

Una Herencia Sumergida: Entre la Leyenda y la Ley

La historia del galeón San José se lee como una novela de aventuras, con su naufragio en la Batalla de Barú durante la Guerra de Sucesión de España y su carga de 11 millones de monedas de oro. Sin embargo, el descubrimiento de sus restos en 2015 por parte del gobierno colombiano ha transformado esta leyenda en un complejo caso legal internacional. La empresa estadounidense Glocca Morra sostiene que fue la primera en localizar el galeón en 1981, ofreciendo las coordenadas a cambio de la mitad del tesoro, una afirmación que Colombia disputa, alegando un descubrimiento independiente.

El expresidente colombiano Juan Manuel Santos describió el hallazgo como uno de los más significativos en la historia del patrimonio sumergido, lo que subraya la importancia cultural y económica del galeón. Mientras tanto, la empresa Glocca Morra, ahora conocida como Sea Searcha Armada, ha llevado su reclamo a un arbitraje en Londres, exigiendo a Colombia 10 millones de dólares por su papel en la localización del barco.

La disputa se intensifica con la intervención de España, cuyo entonces secretario de Estado de Cultura, José María Lasalle, solicitó información detallada sobre la aplicación de la legislación colombiana en el caso. España ha mantenido una postura clara, basada en el derecho internacional y las convenciones de la Unesco, que defiende que los restos del San José son una "tumba submarina" y, como tal, no pueden ser explotados comercialmente.

La complejidad del caso se ve agravada por las implicaciones éticas y morales que conlleva. La nación indígena Qhara Qhara de Bolivia ha presentado un reclamo basado en la historia colonial, argumentando que los metales preciosos fueron obtenidos a través de la explotación de su gente. Este aspecto de la disputa resalta la necesidad de considerar no solo las leyes y acuerdos internacionales, sino también el legado histórico y las injusticias del pasado al determinar la propiedad del tesoro.

El Legado del San José: Más Allá del Oro y la Plata

El caso del galeón San José no es solo una cuestión de riqueza material; es también un símbolo de la historia marítima y la influencia de las potencias coloniales. El tesoro que llevaba, compuesto por monedas de oro y plata y esmeraldas, representa una era de exploración y conquista que moldeó el mundo moderno. La disputa actual refleja las tensiones entre la preservación del patrimonio cultural y los intereses económicos, así como las complejas relaciones internacionales que aún persisten desde tiempos coloniales.

La urgencia del presidente colombiano Gustavo Petro por recuperar el tesoro puede verse como un esfuerzo por afirmar la soberanía y el derecho de Colombia sobre su patrimonio cultural. Sin embargo, la participación de una empresa privada estadounidense y las reclamaciones de España y la nación indígena Qhara Qhara de Bolivia complican la narrativa, planteando preguntas sobre quién tiene el derecho legítimo a un tesoro que es, en muchos sentidos, parte del patrimonio mundial.

El debate sobre el San José también plantea preguntas sobre la ética de la recuperación de tesoros. ¿Es apropiado perturbar un sitio que es, efectivamente, una tumba marina? ¿Cómo se equilibran los derechos de recuperación y conservación con el respeto por los restos humanos y la historia que encierran? Estas son preguntas que los tribunales, los gobiernos y los arqueólogos deben considerar cuidadosamente.

Finalmente, el caso del San José es un recordatorio de que los tesoros hundidos son más que simples objetos de valor; son cápsulas del tiempo que ofrecen una ventana al pasado. La forma en que se maneje este caso podría sentar un precedente para futuros descubrimientos y para la gestión del patrimonio cultural subacuático a nivel mundial. La decisión final, sea cual sea, tendrá implicaciones duraderas para la historia, la arqueología y las relaciones internacionales.

Fuentes

The Economic Times | Business Insider | El Economista | ABC | Bloomberg

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