El iceberg A23a, el más grande del mundo, está en curso de colisión potencial con la isla remota de Georgia del Sur. Con un tamaño de aproximadamente 3,500 km², A23a es el doble del tamaño de Londres y 33 veces el tamaño de París. Su imponente masa, que pesa cerca de un trillón de toneladas, se encuentra actualmente a unos 280 km de la isla, y podría llegar a la plataforma continental de Georgia del Sur en un plazo de dos a cuatro semanas.
A23a se desprendió de la plataforma de hielo Filchner en la Antártida en 1986 y quedó atrapado durante casi 38 años en un vórtice oceánico. En diciembre de 2020, el iceberg se liberó y comenzó a avanzar hacia el norte a través de la Corriente Circumpolar Antártica, la corriente oceánica más poderosa del mundo. Desde entonces, su movimiento ha sido monitoreado de cerca mediante imágenes satelitales debido a la dificultad de predecir su trayectoria exacta.

La presencia de A23a podría bloquear las rutas de alimentación cruciales para diversas especies locales, especialmente pingüinos y focas. En el pasado, eventos similares han tenido consecuencias devastadoras. En 2004, el encallamiento del iceberg A38 resultó en la muerte de muchos polluelos de pingüinos en Georgia del Sur. Actualmente, la fauna de la isla ya enfrenta duros desafíos debido a un brote de gripe aviar, y la llegada de A23a podría agravar la situación notablemente.
Este iceberg tiene una altura de entre 40 y 50 metros y ha sido descrito como un "gran acantilado blanco" que se extiende desde el horizonte. A medida que se aproxima a la isla, se anticipa que grandes bloques de hielo se desprendan de sus bordes, representando peligros significativos para la navegación en la zona.
Si A23a encalla, podría permanecer en la región durante meses, afectando gravemente la ecología local. Los científicos continúan vigilandolo estrechamente para entender mejor su comportamiento y posibles impactos.