El inicio del 2024 se celebró en todo el mundo con un despliegue de fuegos artificiales y festividades culturales, reflejando la esperanza y el optimismo de la población global. En ciudades como París, Río de Janeiro y Sídney, los cielos se iluminaron con espectaculares fuegos artificiales, mientras que en Israel, Gaza y Ucrania, los conflictos y tensiones políticas se hicieron presentes con lanzamientos de cohetes y ataques, marcando un comienzo de año agridulce.
En Nueva York, miles de personas se congregaron en Times Square para presenciar la tradicional caída de la bola iluminada, un evento que atrae a visitantes de todo el mundo. Mientras tanto, en Sídney, más de un millón de personas se reunieron alrededor del puerto para disfrutar de ocho toneladas de fuegos artificiales, consolidando a la ciudad como la "capital mundial de Año Nuevo".
Las celebraciones no se limitaron a los fuegos artificiales. En Francia, bañistas nudistas se sumergieron en las aguas del sur del país, y en Grecia, la gente bailó en las calles de Tesalónica. En Río de Janeiro, aproximadamente dos millones de personas se reunieron en la playa de Copacabana bajo una ligera llovizna para disfrutar de 12 minutos de fuegos artificiales, en una de las celebraciones de Año Nuevo más populares del mundo.
La reina Margarita II de Dinamarca, la monarca con más años de servicio en Europa, aprovechó su discurso de Año Nuevo para anunciar su abdicación, cediendo el trono a su hijo, el príncipe heredero Federico, después de 52 años de reinado. Este anuncio simboliza un cambio significativo en la monarquía europea y marca el comienzo de una nueva era en Dinamarca.