En Idaho Falls, Idaho, el pasado 5 de abril de 2025, se realizó un evento singular en el mundo canino: el encuentro entre Reginald, un gran danés de siete años y dueño del récord Guinness como perro más alto del mundo con una altura de 1.007 metros (3 pies 3 pulgadas), y Pearl, una chihuahua de cuatro años originaria de Florida que, con solo 9.14 centímetros (3.59 pulgadas), es la perra viva más pequeña según Guinness World Records.
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Ambos perros fueron certificados oficialmente en sus respectivas categorías por Guinness, entidad que también organizó y documentó el evento en la propia casa de Reginald. La diferencia de altura entre ambos animales alcanzó los 91.56 centímetros (3 pies), creando imágenes y dinámicas llamativas durante la reunión. Reginald, nacido como el cachorro más grande de su camada, ha continuado creciendo desde su infancia, tendencia que le permitió alcanzar su estatura récord. Pearl, por su parte, proviene de una línea de perros de tamaño extraordinariamente pequeño: su tía, Millie, también ostentó un récord Guinness al medir menos de 10.16 centímetros (4 pulgadas) antes de su muerte en 2020. Tanto Pearl como Millie pesaron 28.35 gramos (1 onza) al nacer.
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Durante el encuentro, ambos perros mostraron comportamientos característicos de un parque para perros, como mover la cola y olfatear. Reginald mantuvo una actitud cuidadosa y amistosa, procurando evitar cualquier daño a Pearl durante la interacción. Por otro lado, la chihuahua se mostró enérgica, curiosa y juguetona, rodeando a Reginald por momentos.
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Pearl también es reconocida por sus hábitos particulares: escoge su ropa diariamente usando la pata para señalar la prenda de su preferencia. La reunión fue grabada íntegramente por un equipo de filmación de Guinness World Records, capturando el contraste y la interacción amistosa entre ambos animales.
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En cuanto a las reacciones humanas, Vanesa Semler, propietaria de Pearl, manifestó su asombro al haber logrado nuevamente un récord con una segunda chihuahua pequeña. Sam Johnson Reiss, dueño de Reginald, observó que su perro suele mostrar mayor interés en las personas que en otros animales.
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Este evento, además de reconocer la singularidad de estos dos perros en el mundo, permitió observar la convivencia entre ejemplares con características físicas extremas.