El 5 de julio de 2025 inició la reapertura de la natación pública en el río Sena en París, concluyendo así 102 años de prohibición establecida en 1923 debido a altos niveles de contaminación y riesgos sanitarios. Esta decisión se produce tras una inversión de aproximadamente 1.4 mil millones de euros (equivalentes a 1.5 mil millones de dólares), empleada en trabajos de saneamiento y mejoras en la infraestructura hídrica como preparación para los Juegos Olímpicos de París 2024.
Han sido habilitadas tres áreas específicas para nadadores: una próxima a la Torre Eiffel, otra cercana a la Catedral de Notre Dame y la tercera en el este de la ciudad. Cada zona dispone de vestuarios, duchas y mobiliario tipo playa, con espacio para entre 150 y 300 personas tomando el sol simultáneamente. Hasta el 31 de agosto de 2025, cada sitio podrá recibir hasta 1.000 bañistas diarios.
El acceso para nadar está regulado por requisitos de edad que varían—en algunas zonas es de 10 años y en otras de 14 años—de acuerdo a las condiciones específicas de cada ubicación. Para garantizar la seguridad, se ha desplegado una cantidad considerable de salvavidas y se exige el uso de boyas de seguridad a todos los usuarios. La profundidad media del agua en las zonas abiertas es de 3,5 metros (11 pies), y antes de ingresar, se evalúan las habilidades de natación de los visitantes para minimizar riesgos asociados a las corrientes y a la navegación por el río.
Las autoridades de salud han dispuesto controles diarios sobre la calidad del agua, confirmando que los niveles bacteriológicos se encuentran por debajo de los límites oficiales y cumplen con las normativas de seguridad para actividades recreativas. Este resultado es producto, en parte, de la incorporación de más de 20.000 hogares al sistema de alcantarillado municipal y de la construcción de depósitos de almacenamiento de aguas pluviales para prevenir vertidos contaminantes, elementos clave en la reciente restauración del Sena.
La reapertura del río como espacio de natación pública se anticipa como una de las actividades urbanas más concurridas este verano, atrayendo tanto a residentes como a turistas nacionales e internacionales, en un contexto marcado por el aumento de temperaturas estivales. Las autoridades turísticas de París destacan el potencial del Sena como un nuevo polo de atracción y recreación, respaldado por la modernización de sus instalaciones y estrictos controles sanitarios.