El próximo 11 de marzo de 2025, Groenlandia celebrará unas elecciones generales consideradas las más significativas en la historia de la isla debido a una combinación de intereses internacionales y tensiones internas. Aproximadamente 40,000 votantes, de una población total de 57,000 habitantes, están llamados a las urnas en medio de un clima social y político tenso e impredecible.

El actual partido gobernante es Inuit Ataqatigiit, liderado por el primer ministro pro-independencia Múte Egede. Este grupo enfrenta como principal oposición a Naleraq, otro partido que también respalda la independencia, pero que se muestra más abierto a colaborar con Estados Unidos en los crecientes intereses estratégicos y económicos en la región.

La atención internacional hacia Groenlandia se ha intensificado desde que el expresidente estadounidense Donald Trump propuso públicamente la posibilidad de "adquirir" la isla en 2019. Este comentario, que en su momento fue desestimado, ha puesto sobre la mesa un interés por parte de inversores extranjeros en Groenlandia, estimándose "decenas de miles de millones" de dólares como potenciales inversiones. Este contexto ha añadido una capa geopolítica considerable a las elecciones, con Estados Unidos mostrando un renovado interés estratégico en la isla por su ubicación y recursos naturales.

Un reciente documental danés reveló que Dinamarca obtuvo hasta 400 mil millones de coronas danesas (unos 45 mil millones de libras) de la minería de criolita en Groenlandia entre 1854 y 1987. La revelación de este lucro histórico ha generado un fuerte debate en Groenlandia sobre las injusticias coloniales, con más de un tercio de los votantes afirmando que este dato influirá en su elección.

El país también enfrenta las consecuencias de un escándalo sobre la colocación de dispositivos intrauterinos (DIU) en 4,500 mujeres y niñas de Groenlandia entre 1966 y 1970 sin su consentimiento. Esta acción, que tuvo lugar bajo políticas danesas, fue calificada como un "claro genocidio" por el primer ministro Egede, quien ha hecho de este tema un pilar en la defensa de la autonomía y dignidad del pueblo groenlandés.

Por primera vez en su historia electoral, se ha implementado seguridad adicional para los políticos durante sus campañas. Esta medida busca proteger a los representantes en un ambiente social que se describe como cada vez más polarizado y dividido. Expertos y analistas indican que el resultado de las elecciones es completamente impredecible debido a la combinación de debates internos, como las demandas de autonomía e independencia, y presiones externas relacionadas con la geopolítica global.

La votación no solo definirá el gobierno que conducirá a Groenlandia en los próximos años, sino que también podría establecer un importante precedente en asuntos relativos a la independencia de Dinamarca y la interacción con grandes potencias como Estados Unidos. Entre los temas clave para los votantes, además de la independencia, se encuentran el desarrollo económico, las relaciones internacionales y cómo el país puede aprovechar sus vastos recursos naturales sin comprometer su autonomía ni su medio ambiente.

Groenlandia es la isla más grande del mundo, pero a pesar de sus 2.166.000 km² de superficie, solo cuenta con una población de 57,000 personas, destacándose por tener una de las densidades de población más bajas del planeta.