El 23 de noviembre de 2024, Rohitash Kumar, un hombre indio de 25 años que era sordo y mudo, fue llevado de urgencia al hospital Bhagwan Das Khetan en Jhunjhunu, Rajasthan, tras sufrir una crisis epiléptica. A pesar de que los médicos intentaron revivirlo mediante maniobras de resucitación, el electrocardiograma mostró una línea plana, lo que llevó a los doctores a certificar su muerte. Sin embargo, no realizaron una autopsia antes de declarar oficialmente su fallecimiento.
Kumar fue trasladado a la morgue del hospital y más tarde llevado a una pira funeraria para ser cremado. Poco antes de que se encendiera la pira, testigos en la ceremonia notaron que su cuerpo se movía. Alertada por esta situación, su familia decidió llevarlo nuevamente al hospital. A pesar de ser readmitido, Kumar falleció en la madrugada del 24 de noviembre, pocas horas después de ser reingresado.
La negligencia en el manejo del caso ha resultado en la suspensión de tres médicos del hospital Bhagwan Das Khetan: el Dr. Sandeep Pachar, el Dr. Yogesh Kumar Jakhar y el Dr. Navneet Meel. El jefe médico del hospital, D. Singh, confirmó que se había preparado un informe de autopsia sin que en realidad se hubiera llevado a cabo el procedimiento.
La policía ha comenzado una investigación exhaustiva sobre este incidente, siendo calificado como un caso de "negligencia grave" por Ramavtar Meena, un funcionario del gobierno local. La comunidad de Jhunjhunu está conmocionada por los eventos, que han desatado un debate sobre la calidad de la atención médica y los procedimientos hospitalarios en la región. Según los testigos presentes en la cremación, el caso ha sido descrito como un "milagro" antes de su trágico desenlace. El procedimiento de autopsia es clave para determinar con precisión la causa de la muerte y evitar este tipo de errores, un paso fundamental omitido en el manejo del caso de Rohitash Kumar.