Los ataques aéreos liderados por Estados Unidos y el Reino Unido contra los rebeldes hutíes en Yemen representan una escalada significativa en el conflicto de Oriente Medio. Estos ataques, realizados el jueves 11 de enero, fueron en respuesta a una serie de agresiones por parte de los hutíes, quienes han lanzado ataques con drones y misiles contra embarcaciones comerciales en el Mar Rojo. Estos ataques han provocado un aumento dramático en los precios de los seguros de los barcos y han llevado a muchas compañías navieras a optar por rutas más largas como medida de precaución.
Los hutíes, un grupo rebelde yemení respaldado por Irán, han intensificado sus ataques desde noviembre, alegando que son en represalia por la ofensiva de Israel en Gaza contra Hamas. Estos ataques han obligado a más de 2,000 barcos a desviar su curso para evitar el Mar Rojo, lo que ha causado retrasos significativos en el envío internacional y ha aumentado los precios de bienes de consumo, desde ropa hasta café.

El presidente Biden ha advertido que los Estados Unidos y sus aliados no tolerarán ataques a su personal ni permitirán que actores hostiles pongan en peligro la libertad de navegación en una de las rutas comerciales más críticas del mundo. La respuesta militar, que incluyó ataques a radas, sitios de lanzamiento de misiles y drones, y áreas de almacenamiento de armas, fue diseñada para dañar la capacidad de los hutíes para atacar objetivos en el Mar Rojo más que para eliminar líderes y entrenadores iraníes, lo que podría considerarse más escalofriante.