El ensayo clínico, realizado en el Hospital Addenbrooke's en Cambridge, ha logrado un éxito sin precedentes con Opal Sandy, una pequeña paciente que sufría de sordera genética severa. Opal nació con una variante del gen OTOF, que afecta la capacidad de las células ciliadas internas del oído para transmitir sonidos al nervio auditivo. Esta condición, conocida como neuropatía auditiva, suele pasar inadvertida en las pruebas de audición neonatales.
A través de un procedimiento que duró solo 16 minutos, los médicos administraron una copia funcional del gen OTOF defectuoso utilizando un virus modificado no patógeno. Esta terapia busca restaurar la producción de la proteína otoferlina, esencial para la correcta transmisión del sonido al cerebro. Los resultados fueron notorios casi inmediatamente, con mejoras significativas en la capacidad auditiva de Opal.
El impacto de esta terapia es enorme, dado que permite a los niños afectados no solo recuperar su audición, sino también mejorar su calidad de vida y desarrollo comunicativo. El éxito de este tratamiento en Opal abre la puerta a futuras aplicaciones para otros trastornos genéticos similares.
La terapia ha demostrado ser segura y efectiva en su fase inicial, y ahora se espera ampliar el ensayo para incluir a más niños, no solo del Reino Unido sino también de otros países como España y Estados Unidos. El seguimiento a largo plazo de estos pacientes será crucial para entender mejor los beneficios y posibles efectos a largo plazo de la terapia génica en la audición.