El Ejecutivo estadounidense, mediante un anuncio realizado por la fiscal general Pam Bondi en la red social X, elevó el monto de la recompensa por la captura de Nicolás Maduro a 50 millones de dólares. Esta medida, coordinada entre el Departamento de Justicia y el Departamento de Estado, se fundamenta en acusaciones formales de colaboración del mandatario venezolano con organizaciones criminales como el Tren de Aragua y el Cártel de Sinaloa, a quienes se atribuye el tráfico masivo de drogas hacia Estados Unidos.
Bondi subrayó que agencias estadounidenses han incautado hasta la fecha treinta toneladas de cocaína vinculadas a Maduro y sus allegados, siete de las cuales se relacionan directamente con Nicolás Maduro. Estos decomisos han sido identificados como una fuente primaria de financiamiento para carteles de narcotráfico activos en Venezuela y México. Además, el Departamento de Estado señaló que Maduro ha sido líder durante más de una década del Cartel de los Soles, responsabilizándolo del tráfico de estupefacientes hacia territorio estadounidense. Por esta razón, el Departamento del Tesoro estadounidense incluyó al Cartel de los Soles en la lista de Grupos Terroristas Globales Especialmente Designados (SDGT).
La recompensa por Maduro ha experimentado varios incrementos desde la primera administración de Donald Trump, que ofreció 15 millones de dólares, pasando a 25 millones bajo el mandato de Joe Biden en enero del presente año tras la investidura de Maduro para un tercer periodo. La actual cifra representa un nuevo máximo y responde a la estrategia de Washington para elevar la presión internacional contra el gobierno venezolano.
Washington denuncia falta de transparencia en las recientes elecciones presidenciales de julio de 2024 en Venezuela, en las que Maduro se proclamó vencedor sin presentar las actas electorales. Estados Unidos reconoce, en cambio, como ganador legítimo al opositor Edmundo González, quien sí exhibió copias de las actas que, según la postura estadounidense, confirman su victoria. Según el entonces portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, el aumento de la recompensa forma parte de una estrategia internacional para mantener la presión sobre el gobierno de Maduro.
Por otro lado, las autoridades estadounidenses afirman haberse incautado de más de 700 millones de dólares en bienes vinculados a Maduro, entre los que se cuentan dos aviones y nueve automóviles.
Desde Caracas, el canciller Yvan Gil desestimó públicamente la iniciativa estadounidense, calificándola como una "cortina de humo" y una "burda operación de propaganda política". Gil también criticó a Bondi y desestimó las acusaciones relacionadas con el narcotráfico, reafirmando que Venezuela repudia categóricamente estas declaraciones de Estados Unidos.