El 20 de enero de 2025, el presidente Donald Trump firmó un decreto ejecutivo para retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París, marcando la segunda vez que el país se retira del pacto climático internacional. Con esta decisión, Estados Unidos se posiciona junto a Irán, Libia y Yemen como las únicas naciones fuera del acuerdo. Trump describió el acuerdo como un "robo unilateral y injusto," argumentando que no es justo para Estados Unidos mientras otros países, como China, continúan contaminando sin restricciones.
La salida formal del acuerdo comenzará con la notificación a las Naciones Unidas y se espera que el proceso completo de retirada tome aproximadamente un año. Durante su primer día en el cargo, Trump también firmó una serie de órdenes ejecutivas que incluyen la revocación de varias iniciativas climáticas implantadas durante la administración de Joe Biden. Entre estas se encuentra la meta de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 61% a 66% para 2035 en comparación con los niveles de 2005.
En su discurso inaugural, Donald Trump declaró una "emergencia energética nacional" y prometió revertir las regulaciones ambientales establecidas por la administración anterior. Asimismo, abogó por la expansión en la exploración de petróleo y gas en más áreas del país. El Acuerdo de París fue adoptado en 2015 por 196 países, con el objetivo central de limitar el calentamiento global a menos de 2 °C por encima de los niveles preindustriales, y preferiblemente a 1.5 °C, para evitar los efectos más catastróficos del cambio climático.
En 2024, Estados Unidos alcanzó un récord de producción de petróleo, superando la producción de cualquier otro país del mundo. Trump destacó la importancia de utilizar este "oro líquido" para el enriquecimiento del país. Además, firmó una orden ejecutiva que detiene la venta de arrendamientos para proyectos de energía eólica y pausar la emisión de permisos para proyectos de energía renovable, subrayando su postura contraria a estas iniciativas.
El impacto de esta retirada del Acuerdo de París por parte de Estados Unidos se da en un contexto de creciente crisis climática. El año 2024 fue registrado como el año más cálido hasta la fecha, con la temperatura global promedio superando el umbral de 1.5 °C por encima de los niveles preindustriales por primera vez en la historia. La Organización Meteorológica Mundial advirtió que es "más probable que no" que este umbral de 1.5 °C se supere para el año 2027, y las proyecciones actuales sugieren un aumento de entre 2.6 °C y 3.1 °C para finales de siglo si no se toman medidas adicionales.
A nivel político interno, más de 5,000 líderes estaduales y locales en Estados Unidos han prometido mantener los objetivos del Acuerdo de París, representando el 63% de la población y el 74% del PIB del país. No obstante, una encuesta reciente reveló que solamente el 20% de los adultos en Estados Unidos apoyan la retirada del acuerdo, mientras que el 55% prefiere enfocarse en la expansión de energías limpias como la solar y la eólica.
Estos movimientos del presidente Trump tienen lugar mientras el mundo enfrenta un incremento en la frecuencia de desastres climáticos. Un ejemplo de ello son los incendios forestales devastadores en Los Ángeles, que han provocado al menos 27 muertes y daños por valor de hasta 250 mil millones de dólares.