Salud

Estilo de Vida Saludable Contrarresta un 62% el Riesgo Genético de Muerte Prematura y Añade Cinco Años a la Vida

Un estudio reciente revela que adoptar un estilo de vida saludable podría compensar hasta un 62% el riesgo genético de muerte prematura, añadiendo hasta cinco años adicionales a la esperanza de vida de las personas con predisposición genética a una vida más corta.

Salud

Estilo de Vida Saludable Contrarresta un 62% el Riesgo Genético de Muerte Prematura y Añade Cinco Años a la Vida

Un estudio reciente revela que adoptar un estilo de vida saludable podría compensar hasta un 62% el riesgo genético de muerte prematura, añadiendo hasta cinco años adicionales a la esperanza de vida de las personas con predisposición genética a una vida más corta.

"La investigación muestra que, a pesar de los factores genéticos, llevar un estilo de vida saludable puede ayudarnos a vivir más tiempo y también reducir el riesgo de cáncer"

- Matt Lambert, oficial senior de información de salud en el World Cancer Research Fund.

5/5/2024

Investigadores de la Universidad de Edimburgo y la Escuela de Medicina de la Universidad de Zhejiang han realizado un estudio innovador con más de 350,000 participantes del UK Biobank. Este estudio es uno de los primeros en investigar conjuntamente la influencia de los factores genéticos y los estilos de vida en la longevidad humana. Según los resultados, un estilo de vida saludable podría reducir significativamente el impacto negativo de los genes asociados con una menor esperanza de vida.

Los datos revelaron que, independientemente del estilo de vida, las personas con un alto riesgo genético de una vida más corta tenían un 21% más de probabilidades de morir jóvenes en comparación con aquellos con un bajo riesgo genético. Sin embargo, un estilo de vida saludable, que incluye no fumar, realizar actividad física regular, dormir bien y mantener una dieta saludable, puede mitigar hasta un 62% este riesgo.

El estudio categorizó a los participantes en tres grupos basados en sus riesgos genéticos de vida larga, intermedia y corta, así como en sus estilos de vida, calificándolos como favorables, intermedios y desfavorables. Los hallazgos sugieren que las intervenciones de salud pública que promueven estilos de vida saludables podrían ser especialmente beneficiosas para aquellos con alto riesgo genético de muerte prematura.

A lo largo de un seguimiento promedio de 13 años, los investigadores observaron 24,239 muertes entre los participantes. El estudio utilizó puntajes de riesgo poligénico para evaluar múltiples variantes genéticas y determinar la predisposición general de una persona a una vida más larga o más corta.

Algo Curioso
El estudio subraya la significativa influencia de no fumar, la actividad física regular, una dieta saludable y un sueño adecuado como los factores más beneficiosos para extender la vida, destacando que estas acciones son mucho más que simples recomendaciones de salud.

Impacto de la Genética y el Estilo de Vida en la Longevidad Humana

El estudio profundizó en cómo diferentes estilos de vida afectan la longevidad, independientemente de la carga genética. Se encontró que las personas con estilos de vida desfavorables tenían un 78% más de riesgo de muerte prematura, comparado con aquellos cuyos hábitos de vida eran saludables. Este riesgo aumentaba más del doble para aquellos con una predisposición genética desfavorable y un estilo de vida poco saludable, demostrando la importancia crítica de las elecciones de vida saludables.

En términos de números, aproximadamente el 23.1% de los participantes mantuvo un estilo de vida favorable, mientras que el 55.6% tenía hábitos considerados intermedios y el 21.3% caía en la categoría de estilo de vida desfavorable. Los investigadores observaron que incluso entre aquellos con predisposición genética a una vida más corta, los cambios hacia un estilo de vida más saludable tenían un impacto significativo en la reducción del riesgo de muerte prematura.

La investigación también destacó que no todas las intervenciones de estilo de vida tienen el mismo peso. Los factores que más contribuyeron a prolongar la vida incluyeron la cesación del tabaquismo y el mantenimiento de una dieta equilibrada y nutritiva, seguidos de la actividad física regular y la obtención de un sueño adecuado.

Este enfoque en múltiples aspectos de la vida diaria subraya la necesidad de políticas de salud pública que fomenten de manera integral un estilo de vida saludable, en lugar de centrarse en un solo aspecto. La implementación de programas educativos y de intervención desde edades tempranas podría servir para establecer hábitos de vida saludables antes de que se consoliden estilos de vida más difíciles de modificar.

El Rol Crucial de los Hábitos Saludables en la Prevención de Muertes Prematuras

El estudio también abordó el efecto de la edad en la implementación de cambios hacia un estilo de vida saludable, encontrando que las intervenciones antes de la mediana edad son más efectivas. En términos concretos, los individuos con alto riesgo genético que adoptaron cambios saludables a los 40 años podían esperar prolongar su vida en aproximadamente 5.22 años. Este hallazgo resalta la importancia de las decisiones de vida tempranas y su impacto prolongado en la longevidad.

Además, el análisis demostró que el 20.1% de los participantes se encontraba en la categoría de riesgo genético largo, el 60.1% en la intermedia, y el 19.8% en la corta. Estos porcentajes subrayan la distribución variada de predisposiciones genéticas dentro de una población diversa y la relevancia de las intervenciones personalizadas basadas en perfiles de riesgo individualizados.

Los investigadores también utilizaron puntajes de riesgo poligénico para evaluar cómo múltiples variantes genéticas influyen en la esperanza de vida. Este enfoque permite una comprensión más profunda y matizada de cómo los factores genéticos interactúan con las elecciones de vida para influir en la salud a largo plazo.

"La investigación muestra que, a pesar de los factores genéticos, llevar un estilo de vida saludable puede ayudarnos a vivir más tiempo y también reducir el riesgo de cáncer"

- Matt Lambert, oficial senior de información de salud en el World Cancer Research Fund.

May 5, 2024
Colglobal News

Investigadores de la Universidad de Edimburgo y la Escuela de Medicina de la Universidad de Zhejiang han realizado un estudio innovador con más de 350,000 participantes del UK Biobank. Este estudio es uno de los primeros en investigar conjuntamente la influencia de los factores genéticos y los estilos de vida en la longevidad humana. Según los resultados, un estilo de vida saludable podría reducir significativamente el impacto negativo de los genes asociados con una menor esperanza de vida.

Los datos revelaron que, independientemente del estilo de vida, las personas con un alto riesgo genético de una vida más corta tenían un 21% más de probabilidades de morir jóvenes en comparación con aquellos con un bajo riesgo genético. Sin embargo, un estilo de vida saludable, que incluye no fumar, realizar actividad física regular, dormir bien y mantener una dieta saludable, puede mitigar hasta un 62% este riesgo.

El estudio categorizó a los participantes en tres grupos basados en sus riesgos genéticos de vida larga, intermedia y corta, así como en sus estilos de vida, calificándolos como favorables, intermedios y desfavorables. Los hallazgos sugieren que las intervenciones de salud pública que promueven estilos de vida saludables podrían ser especialmente beneficiosas para aquellos con alto riesgo genético de muerte prematura.

A lo largo de un seguimiento promedio de 13 años, los investigadores observaron 24,239 muertes entre los participantes. El estudio utilizó puntajes de riesgo poligénico para evaluar múltiples variantes genéticas y determinar la predisposición general de una persona a una vida más larga o más corta.

Investigadores de la Universidad de Edimburgo y la Escuela de Medicina de la Universidad de Zhejiang han realizado un estudio innovador con más de 350,000 participantes del UK Biobank. Este estudio es uno de los primeros en investigar conjuntamente la influencia de los factores genéticos y los estilos de vida en la longevidad humana. Según los resultados, un estilo de vida saludable podría reducir significativamente el impacto negativo de los genes asociados con una menor esperanza de vida.

Los datos revelaron que, independientemente del estilo de vida, las personas con un alto riesgo genético de una vida más corta tenían un 21% más de probabilidades de morir jóvenes en comparación con aquellos con un bajo riesgo genético. Sin embargo, un estilo de vida saludable, que incluye no fumar, realizar actividad física regular, dormir bien y mantener una dieta saludable, puede mitigar hasta un 62% este riesgo.

El estudio categorizó a los participantes en tres grupos basados en sus riesgos genéticos de vida larga, intermedia y corta, así como en sus estilos de vida, calificándolos como favorables, intermedios y desfavorables. Los hallazgos sugieren que las intervenciones de salud pública que promueven estilos de vida saludables podrían ser especialmente beneficiosas para aquellos con alto riesgo genético de muerte prematura.

A lo largo de un seguimiento promedio de 13 años, los investigadores observaron 24,239 muertes entre los participantes. El estudio utilizó puntajes de riesgo poligénico para evaluar múltiples variantes genéticas y determinar la predisposición general de una persona a una vida más larga o más corta.

Algo Curioso
El estudio subraya la significativa influencia de no fumar, la actividad física regular, una dieta saludable y un sueño adecuado como los factores más beneficiosos para extender la vida, destacando que estas acciones son mucho más que simples recomendaciones de salud.

Impacto de la Genética y el Estilo de Vida en la Longevidad Humana

El estudio profundizó en cómo diferentes estilos de vida afectan la longevidad, independientemente de la carga genética. Se encontró que las personas con estilos de vida desfavorables tenían un 78% más de riesgo de muerte prematura, comparado con aquellos cuyos hábitos de vida eran saludables. Este riesgo aumentaba más del doble para aquellos con una predisposición genética desfavorable y un estilo de vida poco saludable, demostrando la importancia crítica de las elecciones de vida saludables.

En términos de números, aproximadamente el 23.1% de los participantes mantuvo un estilo de vida favorable, mientras que el 55.6% tenía hábitos considerados intermedios y el 21.3% caía en la categoría de estilo de vida desfavorable. Los investigadores observaron que incluso entre aquellos con predisposición genética a una vida más corta, los cambios hacia un estilo de vida más saludable tenían un impacto significativo en la reducción del riesgo de muerte prematura.

La investigación también destacó que no todas las intervenciones de estilo de vida tienen el mismo peso. Los factores que más contribuyeron a prolongar la vida incluyeron la cesación del tabaquismo y el mantenimiento de una dieta equilibrada y nutritiva, seguidos de la actividad física regular y la obtención de un sueño adecuado.

Este enfoque en múltiples aspectos de la vida diaria subraya la necesidad de políticas de salud pública que fomenten de manera integral un estilo de vida saludable, en lugar de centrarse en un solo aspecto. La implementación de programas educativos y de intervención desde edades tempranas podría servir para establecer hábitos de vida saludables antes de que se consoliden estilos de vida más difíciles de modificar.

El Rol Crucial de los Hábitos Saludables en la Prevención de Muertes Prematuras

El estudio también abordó el efecto de la edad en la implementación de cambios hacia un estilo de vida saludable, encontrando que las intervenciones antes de la mediana edad son más efectivas. En términos concretos, los individuos con alto riesgo genético que adoptaron cambios saludables a los 40 años podían esperar prolongar su vida en aproximadamente 5.22 años. Este hallazgo resalta la importancia de las decisiones de vida tempranas y su impacto prolongado en la longevidad.

Además, el análisis demostró que el 20.1% de los participantes se encontraba en la categoría de riesgo genético largo, el 60.1% en la intermedia, y el 19.8% en la corta. Estos porcentajes subrayan la distribución variada de predisposiciones genéticas dentro de una población diversa y la relevancia de las intervenciones personalizadas basadas en perfiles de riesgo individualizados.

Los investigadores también utilizaron puntajes de riesgo poligénico para evaluar cómo múltiples variantes genéticas influyen en la esperanza de vida. Este enfoque permite una comprensión más profunda y matizada de cómo los factores genéticos interactúan con las elecciones de vida para influir en la salud a largo plazo.

PODRÍA INTERESARTE
 

No tienes acceso

Necesitas una membresía para acceder al contenido de este sitio.
Por favor Regístrate o Ingresa