Un estudio reciente realizado por la London School of Hygiene & Tropical Medicine y publicado en la revista BMJ Open, ha examinado el impacto crucial de los espacios verdes urbanos en la salud pública. La investigación abarcó una revisión sistemática de literatura sobre el tema, analizando estudios publicados entre enero de 2000 y diciembre de 2022.
Inicialmente, se identificaron 3,301 publicaciones relevantes, de las cuales solo 12 estudios cumplieron con los criterios de inclusión. Los estudios seleccionados provienen de países como Hong Kong, Australia, Vietnam, Estados Unidos, Corea del Sur, Portugal y Japón, reflejando una diversidad geográfica considerable.
El análisis efectuado reveló que las áreas urbanas con mayor cantidad de espacios verdes presentan menores tasas de morbilidad y mortalidad relacionadas con el calor en comparación con aquellas con menos vegetación. Por ejemplo, un estudio en Vietnam demostró que las hospitalizaciones de niños menores de 5 años aumentaron significativamente cuando las temperaturas superaron los 34°C.
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El impacto de los espacios verdes es particularmente notable en grupos vulnerables como niños, ancianos y personas con condiciones de salud preexistentes. La investigación también resalta beneficios secundarios, tales como la mejora de la salud mental y el bienestar general de la población urbana.
En términos de reducción de temperatura, un estudio en Australia sugirió que incrementar la vegetación urbana podría bajar las temperaturas estivales entre 0.5 a 2°C. Además, se calculó que uno de cada cuatro fallecimientos ocurridos durante las olas de calor podría evitarse con un aumento en la cobertura vegetal.
El estudio está alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, que buscan garantizar el acceso universal a espacios verdes seguros y accesibles para todos los grupos vulnerables para el año 2030.
Las conclusiones del estudio subrayan la necesidad de seguir investigando para comprender plenamente la magnitud del impacto de los espacios verdes urbanos y su interacción con otros factores como la contaminación del aire y el estatus socioeconómico. Se recomienda que las políticas urbanas integren de manera sistemática el desarrollo de espacios verdes como una estrategia clave para la adaptación al cambio climático y la promoción de la equidad en salud.
Finalmente, es esencial considerar la accesibilidad de estos espacios verdes, no solo en términos de proximidad física sino también en calidad y usabilidad, para asegurar el máximo beneficio a la salud pública.