La cirugía, durante mucho tiempo, ha sido una profesión dominada por hombres, en parte debido a la percepción histórica de que las mujeres no tenían el temperamento necesario para tomar decisiones críticas en el quirófano. Sin embargo, un estudio reciente publicado en el BMJ ha desafiado esta noción. Los investigadores encontraron que los pacientes de cirujanas tienden a tener tasas de mortalidad más bajas, menos complicaciones y menores reingresos al hospital un mes después de su procedimiento en comparación con los pacientes de cirujanos masculinos.
El estudio incluyó a todas las personas en Ontario, Canadá, que se sometieron a operaciones desde 2007 hasta 2015, sumando más de 104,000 pacientes. Los investigadores se esforzaron por igualar las comparaciones entre los cirujanos masculinos y femeninos, teniendo en cuenta la experiencia y la edad. Incluso después de estos ajustes, los pacientes de cirujanas tenían un 4% menos de probabilidades de morir, ser readmitidos o experimentar complicaciones 30 días después de su cirugía en comparación con los pacientes de cirujanos masculinos.
No es la primera vez que un estudio sugiere que el género de un médico puede influir en los resultados del paciente. Investigaciones anteriores ya habían mostrado que los pacientes atendidos por médicas internistas tienden a tener tasas de mortalidad más bajas y son menos propensos a ser readmitidos al hospital dentro de los 30 días que aquellos con médicos masculinos.