EconomÍa

Exceso "Abrumador" De Petróleo Proyectado Para 2030

La Agencia Internacional de Energía (IEA) ha emitido una advertencia sobre un posible exceso de petróleo de aproximadamente 8 millones de barriles por día para 2030, liderado por un aumento en la capacidad de producción mundial, especialmente de Estados Unidos y otros productores en las Américas, en contraste con una desaceleración en la demanda.

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Exceso "Abrumador" De Petróleo Proyectado Para 2030

La Agencia Internacional de Energía (IEA) ha emitido una advertencia sobre un posible exceso de petróleo de aproximadamente 8 millones de barriles por día para 2030, liderado por un aumento en la capacidad de producción mundial, especialmente de Estados Unidos y otros productores en las Américas, en contraste con una desaceleración en la demanda.

"Se espera que la capacidad total de producción de petróleo aumente a casi 114 millones de barriles por día para 2030, lo que resultaría en un exceso de aproximadamente 8 millones de barriles por día por encima de la demanda global proyectada"

- Destaca el informe de la IEA.

12/6/2024

Un informe reciente de la Agencia Internacional de Energía (IEA) ha puesto de relieve una proyección inquietante para el mercado petrolero mundial. Según sus análisis, se espera que la capacidad mundial de producción de petróleo crezca significativamente hasta alcanzar casi 114 millones de barriles por día para el año 2030, comparado con poco más de 102 millones de barriles por día en 2023. Este incremento, liderado principalmente por Estados Unidos y otros productores en las Américas, superará en gran medida el crecimiento proyectado de la demanda, que se estima alcanzará su punto máximo en cerca de 106 millones de barriles por día para 2030. Este desequilibrio resultará en un exceso alarmante de aproximadamente 8 millones de barriles por día.

El aumento en la producción proviene en gran medida de la industria del esquisto estadounidense y de otros actores clave en la producción petrolera de la región americana. Por otro lado, se prevé que la demanda de petróleo en las economías avanzadas disminuirá a menos de 43 millones de barriles por día para 2030, en comparación con aproximadamente 46 millones de barriles diarios en 2022. Esta disminución se debe en parte a los esfuerzos de estos países por reducir su dependencia de los combustibles fósiles y adoptar tecnologías más limpias y sostenibles.



A pesar de esta desaceleración en la demanda, se espera que el consumo de petróleo a nivel mundial sea aún 3.2 millones de barriles por día más alto en 2030 en comparación con los niveles de 2023. La creciente demanda en economías en rápido desarrollo de Asia, junto con sectores industriales como el de la aviación y el petroquímico, son los principales contribuyentes a este aumento. Sin embargo, el abismal desequilibrio entre la oferta y la demanda podría tener repercusiones económicas y ambientales significativas de no ser abordado adecuadamente.

Estos desarrollos ocurren en un contexto global donde las naciones están cada vez más enfocadas en mitigar los efectos del cambio climático, impulsados por políticas que buscan reducir la dependencia de los combustibles fósiles. La quema de combustibles fósiles sigue siendo el principal impulsor de la crisis climática, y la IEA subraya que, a menos que se lleven a cabo políticas más fuertes o cambios de comportamiento sustanciales, la tendencia de incremento en la demanda de crudo persistirá.

La advertencia de la IEA sugiere la necesidad urgente de que las empresas petroleras y los responsables políticos ajusten sus estrategias comerciales y regulatorias para adaptarse a estos cambios. El exceso proyectado presenta un reto sin precedentes para la economía mundial, los mercados energéticos y el medio ambiente. Las implicaciones irrefutablemente llevan a reflexionar sobre cómo balancear el crecimiento económico con la sostenibilidad y la estabilidad ambiental.

La IEA fue establecida en 1974 en respuesta a la crisis del petróleo de 1973 para coordinar una respuesta colectiva a las importantes interrupciones de suministro de petróleo y hasta la fecha continúa supervisando los problemas energéticos a nivel global.

Algo Curioso

"Se espera que la capacidad total de producción de petróleo aumente a casi 114 millones de barriles por día para 2030, lo que resultaría en un exceso de aproximadamente 8 millones de barriles por día por encima de la demanda global proyectada"

- Destaca el informe de la IEA.

Jun 12, 2024
Colglobal News

Un informe reciente de la Agencia Internacional de Energía (IEA) ha puesto de relieve una proyección inquietante para el mercado petrolero mundial. Según sus análisis, se espera que la capacidad mundial de producción de petróleo crezca significativamente hasta alcanzar casi 114 millones de barriles por día para el año 2030, comparado con poco más de 102 millones de barriles por día en 2023. Este incremento, liderado principalmente por Estados Unidos y otros productores en las Américas, superará en gran medida el crecimiento proyectado de la demanda, que se estima alcanzará su punto máximo en cerca de 106 millones de barriles por día para 2030. Este desequilibrio resultará en un exceso alarmante de aproximadamente 8 millones de barriles por día.

El aumento en la producción proviene en gran medida de la industria del esquisto estadounidense y de otros actores clave en la producción petrolera de la región americana. Por otro lado, se prevé que la demanda de petróleo en las economías avanzadas disminuirá a menos de 43 millones de barriles por día para 2030, en comparación con aproximadamente 46 millones de barriles diarios en 2022. Esta disminución se debe en parte a los esfuerzos de estos países por reducir su dependencia de los combustibles fósiles y adoptar tecnologías más limpias y sostenibles.



A pesar de esta desaceleración en la demanda, se espera que el consumo de petróleo a nivel mundial sea aún 3.2 millones de barriles por día más alto en 2030 en comparación con los niveles de 2023. La creciente demanda en economías en rápido desarrollo de Asia, junto con sectores industriales como el de la aviación y el petroquímico, son los principales contribuyentes a este aumento. Sin embargo, el abismal desequilibrio entre la oferta y la demanda podría tener repercusiones económicas y ambientales significativas de no ser abordado adecuadamente.

Estos desarrollos ocurren en un contexto global donde las naciones están cada vez más enfocadas en mitigar los efectos del cambio climático, impulsados por políticas que buscan reducir la dependencia de los combustibles fósiles. La quema de combustibles fósiles sigue siendo el principal impulsor de la crisis climática, y la IEA subraya que, a menos que se lleven a cabo políticas más fuertes o cambios de comportamiento sustanciales, la tendencia de incremento en la demanda de crudo persistirá.

La advertencia de la IEA sugiere la necesidad urgente de que las empresas petroleras y los responsables políticos ajusten sus estrategias comerciales y regulatorias para adaptarse a estos cambios. El exceso proyectado presenta un reto sin precedentes para la economía mundial, los mercados energéticos y el medio ambiente. Las implicaciones irrefutablemente llevan a reflexionar sobre cómo balancear el crecimiento económico con la sostenibilidad y la estabilidad ambiental.

La IEA fue establecida en 1974 en respuesta a la crisis del petróleo de 1973 para coordinar una respuesta colectiva a las importantes interrupciones de suministro de petróleo y hasta la fecha continúa supervisando los problemas energéticos a nivel global.

Un informe reciente de la Agencia Internacional de Energía (IEA) ha puesto de relieve una proyección inquietante para el mercado petrolero mundial. Según sus análisis, se espera que la capacidad mundial de producción de petróleo crezca significativamente hasta alcanzar casi 114 millones de barriles por día para el año 2030, comparado con poco más de 102 millones de barriles por día en 2023. Este incremento, liderado principalmente por Estados Unidos y otros productores en las Américas, superará en gran medida el crecimiento proyectado de la demanda, que se estima alcanzará su punto máximo en cerca de 106 millones de barriles por día para 2030. Este desequilibrio resultará en un exceso alarmante de aproximadamente 8 millones de barriles por día.

El aumento en la producción proviene en gran medida de la industria del esquisto estadounidense y de otros actores clave en la producción petrolera de la región americana. Por otro lado, se prevé que la demanda de petróleo en las economías avanzadas disminuirá a menos de 43 millones de barriles por día para 2030, en comparación con aproximadamente 46 millones de barriles diarios en 2022. Esta disminución se debe en parte a los esfuerzos de estos países por reducir su dependencia de los combustibles fósiles y adoptar tecnologías más limpias y sostenibles.



A pesar de esta desaceleración en la demanda, se espera que el consumo de petróleo a nivel mundial sea aún 3.2 millones de barriles por día más alto en 2030 en comparación con los niveles de 2023. La creciente demanda en economías en rápido desarrollo de Asia, junto con sectores industriales como el de la aviación y el petroquímico, son los principales contribuyentes a este aumento. Sin embargo, el abismal desequilibrio entre la oferta y la demanda podría tener repercusiones económicas y ambientales significativas de no ser abordado adecuadamente.

Estos desarrollos ocurren en un contexto global donde las naciones están cada vez más enfocadas en mitigar los efectos del cambio climático, impulsados por políticas que buscan reducir la dependencia de los combustibles fósiles. La quema de combustibles fósiles sigue siendo el principal impulsor de la crisis climática, y la IEA subraya que, a menos que se lleven a cabo políticas más fuertes o cambios de comportamiento sustanciales, la tendencia de incremento en la demanda de crudo persistirá.

La advertencia de la IEA sugiere la necesidad urgente de que las empresas petroleras y los responsables políticos ajusten sus estrategias comerciales y regulatorias para adaptarse a estos cambios. El exceso proyectado presenta un reto sin precedentes para la economía mundial, los mercados energéticos y el medio ambiente. Las implicaciones irrefutablemente llevan a reflexionar sobre cómo balancear el crecimiento económico con la sostenibilidad y la estabilidad ambiental.

La IEA fue establecida en 1974 en respuesta a la crisis del petróleo de 1973 para coordinar una respuesta colectiva a las importantes interrupciones de suministro de petróleo y hasta la fecha continúa supervisando los problemas energéticos a nivel global.

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