La captura de Francisco Javier Martínez, alias 'Pacho Malo', antiguo investigador del CTI en Buenaventura, ha sacudido los cimientos de la justicia colombiana, revelando no solo una red de contrabando y narcotráfico sino también posibles conexiones corruptas dentro de la Fiscalía General de la Nación. Martínez, quien fue trasladado a Medellín por denuncias de contrabando y tráfico de armas, es señalado de liderar una organización criminal con operaciones en Buenaventura, Medellín y Bogotá, lo que ha llevado a su detención por el presunto delito de concierto para delinquir con fines de contrabando.
Su captura ha destapado interrogantes sobre la integridad de la Fiscalía, especialmente en torno a la vicefiscal Martha Mancera, quien ha sido acusada de encubrir las actividades delictivas de Martínez. Investigaciones periodísticas y testimonios de agentes encubiertos han sugerido que Mancera estaba al tanto de las denuncias contra Martínez y optó por no investigarlo, lo que ha generado un escándalo de proporciones significativas, afectando la credibilidad de la institución encargada de impartir justicia en el país.
La reacción del presidente Gustavo Petro ante la captura de 'Pacho Malo' subraya la gravedad del asunto. Petro ha aplaudido el paso dado por la Fiscalía, pero también ha señalado la necesidad de desmontar las redes de narcotráfico que, según él, controlan varias secciones de la Fiscalía. Esta declaración pone de manifiesto la preocupación a nivel gubernamental sobre la penetración del crimen organizado en las instituciones estatales, especialmente aquellas encargadas de combatirlo.