Jordan Goudreau, un exsargento de las Fuerzas Especiales de Estados Unidos, ha culpado públicamente a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y al Buró Federal de Investigaciones (FBI) por el fracaso de un plan para derrocar a Nicolás Maduro en 2020. Conocida como "Operación Gedeón", esta misión tenía como objetivo capturar al presidente venezolano mediante una incursión marítima en las costas de Macuto.
Según Goudreau, la operación consistía en el despliegue de dos comandos estadounidenses y tres venezolanos. Sin embargo, la misión fracasó, resultando en la muerte de ocho presuntos invasores y la captura de 41 mercenarios, quienes fueron condenados en Venezuela a penas de hasta 30 años de cárcel.
Goudreau ha afirmado que contaba con el respaldo del gobierno del entonces presidente Donald Trump y que la misión tenía la autorización de altos funcionarios del poder ejecutivo, incluido el entonces vicepresidente Mike Pence. No obstante, funcionarios estadounidenses han negado cualquier participación oficial en el plan.
En un video publicado en sus redes sociales, Goudreau acusó directamente a la CIA y al FBI de sabotear la operación, alegando que los combatientes habían sido infiltrados por las fuerzas de seguridad venezolanas, lo que llevó a sus capturas.
Los documentos judiciales presentados en un tribunal federal de Tampa revelan que Goudreau enfrenta cargos de tráfico de armas. Se alega que gastó 90,000 dólares en un yate para transportar municiones y otros equipos, que se hundió posteriormente en el mar Caribe. Goudreau y un asociado fueron rescatados por un petrolero cercano.
En paralelo, el gobierno de Joe Biden ha aumentado la recompensa por la captura de Nicolás Maduro de 15 millones de dólares a 25 millones, en un esfuerzo por manifestar su descontento con la permanencia de Maduro en el poder. Asimismo, Goudreau ha mencionado encuentros con funcionarios estadounidenses, aunque el exvicepresidente Pence ha negado cualquier conocimiento del plan.
Esta incursión fallida ha sido comparada con la fallida invasión de Bahía de Cochinos en Cuba en 1961, y ha servido para reforzar la narrativa del presidente Maduro sobre la intervención estadounidense en Venezuela.