La administración del presidente Donald Trump enfrenta las repercusiones de una filtración en un chat grupal de la aplicación de mensajería Signal, que expuso detalles de comunicaciones internas de seguridad nacional. Esto ocurrió cuando Michael Waltz, asesor de seguridad nacional, añadió accidentalmente a Jeffrey Goldberg, editor jefe de The Atlantic, al chat, lo que permitió al periodista acceder a conversaciones confidenciales entre altos funcionarios.
En los mensajes filtrados, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, reveló detalles operativos específicos tan solo dos horas antes de un ataque estadounidense contra la milicia hutí en Yemen. Aunque la secretaria de prensa de la Casa Blanca en ese momento, Karoline Leavitt, aseguró que no se discutieron planes de guerra ni se compartieron materiales clasificados, Goldberg contradijo esa información al afirmar que no publicó ciertos fragmentos del chat debido a su contenido sensible.
El uso de Signal por parte de los funcionarios como una plataforma para comunicaciones relacionadas con la seguridad nacional también ha sido objeto de críticas, especialmente debido a la función de eliminación automática de mensajes. No obstante, Leavitt sostuvo que la Oficina del Asesor Jurídico de la Casa Blanca había emitido directrices sobre el uso seguro y eficiente de diversas plataformas de mensajería para altos funcionarios.
Brian Hughes, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, confirmó la autenticidad del contenido filtrado y añadió que las autoridades estaban evaluando cómo se produjo este error. Sin embargo, el incidente dejó abierta la preocupación sobre los protocolos de ciberseguridad en el manejo de comunicaciones oficiales.
El presidente Trump minimizó la gravedad de la filtración, describiéndola como un incidente menor. También intentó desacreditar a Jeffrey Goldberg y a The Atlantic, calificando a la publicación como una "revista que va a la quiebra". Cabe resaltar que la relación de Trump con Goldberg ha sido tensa desde 2020, tras la publicación de un artículo en el que se atribuía al presidente un comentario peyorativo sobre militares fallecidos.
Por su parte, Hegseth tildó a Goldberg de "periodista engañoso y desacreditado" y negó que el chat contuviera planes de guerra. En respuesta, Goldberg calificó esta afirmación como "una mentira" durante una aparición en CNN.
Sobre las repercusiones para Waltz, Trump declaró que el asesor de seguridad nacional no enfrentaría consecuencias, afirmando que Waltz había "aprendido la lección" y señalando que el error técnico habría sido responsabilidad de un miembro de su equipo. A pesar de esto, Waltz ya enfrentaba escepticismo dentro de la administración y entre algunos miembros del Congreso, quienes cuestionaban su lealtad al presidente o su capacidad de liderazgo.
Un detalle relevante dentro del chat fue el comentario del vicepresidente JD Vance, quien expresó dudas sobre la estrategia del ataque en Yemen. En sus mensajes, mencionó que únicamente el 3% del comercio estadounidense pasa por el Canal de Suez, mientras que el 40% corresponde al comercio europeo, cuestionando así la necesidad de una intervención militar que calificó de excesiva.
Las repercusiones políticas tampoco se hicieron esperar. Los demócratas han solicitado investigaciones sobre el manejo de información sensible en la administración Trump, mientras que republicanos como el representante Brian Fitzpatrick expresaron su intención de analizar la situación antes de decidir sobre posibles medidas adicionales. Sin embargo, el entonces presidente de la Cámara, Mike Johnson, descartó la probabilidad de investigaciones más exhaustivas.
El incidente también reavivó debates de doble moral dentro de la administración. Los opositores de Trump recordaron duras críticas previas de sus aliados contra Hillary Clinton por el uso de un servidor privado de correo electrónico durante su gestión como secretaria de Estado. Entre los críticos destacados de aquel escándalo, ahora minimizan la gravedad de la filtración en Signal, presentando este caso como un tema partidista más allá de la seguridad nacional.
Signal, la aplicación implicada en esta filtración, es conocida por su encriptación de extremo a extremo y su popularidad entre profesionales de seguridad, activistas y periodistas. Sin embargo, esta situación evidencia que incluso herramientas seguras pueden ser vulnerables a errores humanos.