En una decisión histórica, el Senado de Francia votó el miércoles a favor de incluir el derecho al aborto como una "libertad garantizada" en la Constitución del país, un paso crucial que refuerza el compromiso de Francia con la protección de los derechos de las mujeres. Con 267 votos a favor y 50 en contra, la medida busca blindar este derecho ante los crecientes ataques y restricciones observados en varios países, incluyendo recientes retrocesos en Estados Unidos y Europa. Este esfuerzo legislativo, respaldado por un amplio espectro político, representa un momento definitorio en la lucha por los derechos reproductivos a nivel global, destacando el papel de Francia como pionero en la defensa de las libertades individuales.
La iniciativa surge como respuesta directa a la derogación de Roe v. Wade por parte de la Corte Suprema de Estados Unidos en 2022, un evento que sacudió los cimientos del derecho al aborto a nivel mundial. El gobierno francés, liderado por el presidente Emmanuel Macron, ha argumentado que la inclusión del derecho al aborto en la Constitución es un paso esencial para hacerlo "irreversible", asegurando que las futuras generaciones de mujeres tengan el control sobre sus cuerpos y decisiones reproductivas sin temor a retrocesos legislativos.
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El proceso para enmendar la Constitución requiere el apoyo de una mayoría de tres quintos en una sesión conjunta del Parlamento, programada para el lunes siguiente en el Palacio de Versalles. Este nivel de consenso es testimonio del amplio apoyo público y político al derecho al aborto en Francia, donde una encuesta reciente reveló que el 86% de la población apoya la constitucionalización de este derecho. La medida también amplía el límite legal para realizar abortos de 12 a 14 semanas de gestación, reflejando un compromiso continuo con el acceso y la libertad reproductiva.
La decisión del Senado francés no solo consolida los derechos de las mujeres en Francia sino que también envía un poderoso mensaje a nivel internacional, destacando la importancia de proteger y avanzar en los derechos reproductivos frente a los crecientes desafíos. Al hacerlo, Francia se establece como un faro de progreso y un modelo a seguir para otras naciones que luchan por garantizar y proteger los derechos reproductivos y la autonomía de las mujeres.