Fu Bao, nacida en el parque temático Everland en Corea del Sur en 2020, se convirtió rápidamente en una sensación nacional. Su partida hacia China marca el fin de una era especial para muchos surcoreanos que la vieron crecer y convertirse en un fenómeno mediático. La panda, que llegó a China tras un vuelo desde el Aeropuerto Internacional de Incheon, inicia una nueva etapa en la reserva natural de Shenshuping, Sichuan, como parte de un programa de conservación y cría.
El interés y amor por Fu Bao trascendieron fronteras, generando una comunidad virtual internacional que seguía cada detalle de su vida. Su historia es un testimonio de cómo la "diplomacia panda" ha fortalecido los lazos culturales entre Corea del Sur y China, evidenciando la influencia positiva de estos animales emblemáticos en las relaciones internacionales. Fu Bao no solo fue una atracción turística; se convirtió en un puente cultural, fomentando la amistad y la comprensión entre las dos naciones.

Durante los preparativos de su traslado, Fu Bao fue tratada con el máximo cuidado para asegurar su bienestar, reflejando la importancia dada a su salud y seguridad. El viaje estuvo lleno de momentos emotivos, especialmente durante la ceremonia de despedida en Everland, donde miles de fans se reunieron para verla por última vez. Este evento destacó el profundo vínculo afectivo entre Fu Bao y los surcoreanos, quienes la consideraban parte de su familia nacional.
En China, la llegada de Fu Bao fue recibida con gran anticipación y expectativa, evidenciando el orgullo y el afecto que el pueblo chino tiene hacia los pandas gigantes, considerados un tesoro nacional. Su adaptación a la nueva residencia en Sichuan será seguida de cerca por aficionados de todo el mundo, ansiosos de verla prosperar en su hábitat natural. La atención cuidadosa a su integración refleja el compromiso con la conservación de esta especie vulnerable y la importancia de los programas de cría para asegurar su futuro.