En un comunicado emitido el día de hoy, la secretaria de Finanzas de Escocia, Shona Robison, informó que el gobierno escocés se ve obligado a efectuar recortes significativos de £500 millones en el año fiscal actual. Esta decisión responde a una serie de presiones financieras crecientes, que incluyen costos adicionales que ascienden a £800 millones debido a acuerdos de pago del sector público y a factores como la inflación, la prolongada austeridad del gobierno de Westminster, los efectos de la pandemia de COVID-19 y la guerra en Ucrania.
Para lidiar con esta crisis, el gobierno escocés ha decidido reasignar hasta £460 millones obtenidos de la subasta de parcelas del lecho marino destinadas a proyectos de energía eólica offshore, con la finalidad de cubrir parte del déficit. Esta medida ha sido fuertemente criticada por partidos de oposición y grupos ambientalistas, quienes argumentan que afecta negativamente los esfuerzos de acción climática y revela una mala planificación por parte del gobierno.
En términos de impacto inmediato, los recortes implican una reducción significativa de £188 millones en varios departamentos gubernamentales. Esto incluye reducciones en el gasto destinado a viajes sostenibles y activos. Adicionalmente, se espera ahorrar £65 millones con la reintroducción de tarifas ferroviarias durante las horas pico y la eliminación del transporte gratuito para solicitantes de asilo. Sectorialmente, también se verán afectados los servicios de salud mental con recortes de £19 millones, mejoras en prácticas de médicos generales con £11 millones y programas de capacitación para el personal de salud con £8 millones menos. Además, se implementarán controles de gasto de emergencia que permitirán ahorrar hasta £60 millones.
El Instituto de Estudios Fiscales ha señalado que el gobierno escocés no es completamente inocente en la creación de su déficit, tomando como ejemplo la congelación del impuesto municipal como una de las decisiones criticables. Los partidos opositores, entre ellos los laboristas y conservadores, han expresado que la falta de una adecuada planificación ha precipitado esta crisis de recortes.
Se espera que el 4 de diciembre, el gobierno de Escocia presente un presupuesto más detallado donde se abordarán recortes adicionales y se establecerán nuevos planes para fomentar el crecimiento económico.
La situación económica y política actual de Escocia es bastante tensa, con significativos desafíos en la gestión financiera y la implementación de medidas que balanceen las necesidades económicas y ambientales del país. El uso de fondos destinados originalmente a proyectos de energía verde para cubrir déficits financieros es una práctica inusual y ha generado un amplio debate sobre las prioridades fiscales y ambientales en el gobierno de Escocia.