La proteína Dsup (suppressor de daño), única de los tardígrados, ha capturado la atención del mundo científico por su capacidad extraordinaria para proteger el ADN de estos microanimales ante condiciones extremas de radiación. En un estudio publicado el 26 de febrero de 2025 en la revista Nature Biomedical Engineering, un grupo de investigadores liderados por Ameya Kirtane y Jianling Bi ha demostrado su eficacia en modelos preclínicos al reducir los efectos secundarios de la radioterapia en tejidos humanos.
Los tardígrados son organismos conocidos por sobrevivir en condiciones extremas, soportando niveles de radiación de 2,000 a 3,000 veces superiores a los tolerados por los seres humanos, una resistencia que se debe en gran parte a la proteína Dsup. Estudios previos, como uno realizado en 2016, habían demostrado una reducción del 40% en daños al ADN inducidos por radiación al expresar esta proteína en células humanas.
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Para este avance, los investigadores de la Universidad de Iowa, el MIT y el Brigham and Women's Hospital desarrollaron nanopartículas híbridas de polímero-lípido capaces de transportar ARN mensajero (mRNA) codificador de la proteína Dsup. Estas nanopartículas están diseñadas para generar la producción de Dsup en células epiteliales orales y rectales, las más propensas a sufrir daños durante tratamientos de radioterapia en pacientes con cánceres de cabeza, cuello y próstata.
En un experimento con ratones, se inyectó mRNA que codifica Dsup antes de exponerlos a dosis de radiación comparables a las empleadas en terapias humanas. Los resultados fueron impactantes: se observó una reducción del 50% en los daños de rupturas de ADN de doble cadena en los tejidos bucales y un 33% en tejidos rectales, en comparación con los ratones que no recibieron el tratamiento. Lo más importante, destacaron los investigadores, fue que esta protección no afectó el tamaño o volumen de los tumores cancerígenos, limitándose a preservar únicamente los tejidos sanos.
Este avance científico, financiado a través del Prostate Cancer Foundation Young Investigator Award y el Department of Defense Prostate Cancer Program Early Investigator Award, abre nuevas perspectivas en oncología. Los pacientes sometidos a radioterapia, que suelen enfrentar efectos secundarios graves como úlceras bucales, dolor severo, pérdida de peso y hospitalizaciones, podrían beneficiarse de una reducción significativa de estos efectos adversos con la ayuda de esta tecnología.
La proteína Dsup también podría tener aplicaciones más allá de la oncología. Los investigadores sugieren que su capacidad para proteger el ADN podría ser útil en misiones espaciales, donde los astronautas enfrentan altos niveles de radiación, o incluso en el tratamiento de otras enfermedades relacionadas con el daño al ADN.
Si bien los resultados son prometedores, este estudio es una etapa preclínica, y aún se necesitan investigaciones adicionales para garantizar la seguridad y eficacia de esta tecnología en humanos. Los próximos pasos incluyen ensayos clínicos que podrían pavimentar el camino hacia su uso generalizado en el área médica.
En palabras del líder del estudio, Ameya Kirtane: "Este avance podría transformar la manera en que tratamos pacientes con cáncer, al proteger tejidos sanos sin comprometer el tratamiento". Este trabajo plantea una solución revolucionaria para uno de los mayores desafíos en el campo de la radioterapia.
Los tardígrados, conocidos como los "osos de agua", no solo sobreviven a niveles extremos de radiación, sino que también pueden resistir el vacío del espacio, temperaturas cercanas al cero absoluto y calor extremo superior a los 150 ℃.